Las cinco lagunas artificiales que el Ayuntamiento de Rojales, a través de la concesionaria Hidraqua, ha construido en el parque El Recorral para recibir aguas regeneradas desde la macrodepuradora de Lo Pepín, ubicada muy cerca de la laguna de La Mata, se han convertido en un ecosistema único en mitad de Rojales. Diferentes especies vegetales y animales componen ahora el paisaje de esta zona, proyectada para minimizar los vertidos al parque natural de las Lagunas de La Mata y Torrevieja producidos por las depuradoras durante los episodios de tormenta.
Proyectadas en 2018, en abril de 2019 las lagunas, con más de 5.000 metros cúbicos de capacidad, empezaron a recibir los primeros aportes de agua regenerada de la depuradora, que Rojales usará también para el riego de sus parques y jardines. La DANA de septiembre provocó importantes daños que tardaron en ser reparados, pero finalmente el parque El Recorral luce ya todo su esplendor y es el hogar actual de multitud de especies animales y vegetales. El carácter diferenciador de esta infraestructura hidráulica es que se ejecutó pensando en crear una solución de las llamadas «infraestructuras verdes». Se trata de construcciones que solucionan un problema hidráulico, a la vez que se integran en el entorno y, en este caso, generan una nueva zona natural para uso y disfrute de los vecinos de la zona. Las obras incluían mejoras en las depuradoras existentes de Lo Pepín I y II, Doña Pepa y la construcción de depósitos anti-tormenta capaces de almacenar y retener el exceso de agua durante las lluvias evitando vertidos. Además, en las mismas se instalaron tratamientos avanzados para mejorar e incrementar la producción y almacenamiento del agua regenerada.
Humedal
Las lagunas funcionan como un humedal y sirven también para almacenar y distribuir el agua regenerada, tras llevar a cabo en la zona una importante intervención paisajística consistente en las plantaciones de arbolado y plantas arbustivas que se dispusieron a lo largo de los caminos o recorridos. Desde su apertura, el Ayuntamiento de Rojales e Hidraqua han seguido trabajando en esta nueva zona natural. El fin último era poder configurar este espacio, además de como área recreativa, como zona de conservación y mejora medioambiental. Con el fin de integrar todas las lagunas en el ambiente y dotarlas de naturalidad, se ha realizado una actuación de bioingeniería donde, mediante el uso de mallas de coco y vegetación lacustre en los taludes, se ha creado un entramado de vida y un incipiente ecosistema.
Diferentes especies vegetales acuáticas componen ahora el paisaje de las lagunas, con especies autóctonas originarias del levante valenciano. Se puede encontrar entre esta vegetación masiega, juncos y junquillos, aneas, lirios de rio, salicarias, mentas de agua y nenúfares.
El paisaje y el agua han atraído a multitud de otros seres vivos que dependen de ella para vivir por lo que nuevos habitantes como aves, anfibios, reptiles, mamíferos e invertebrados se han instalado y prosperan en esta zona. Es fácil ver aves como el ánade real, el zampullín chico, la gallineta de agua, la focha común, la garcilla cangrejera, la garceta común, los andarríos chico y las lavanderas blancas. Anfibios como las ranas comunes, discretas durante las horas y meses de más calor, resultan inconfundibles por su sonoridad durante los meses de la primavera. Ahora en verano, llaman la atención las diferentes especies de libélulas y caballitos del diablo que pueblan la superficie del agua.
Árboles de ribera
Ya en tierra se encuentra una incipiente y muy joven comunidad de árboles de ribera junto a cuatro de las lagunas secundarias y, siguiendo el curso del agua, los sauces, alisos, arces, fresnos, olmos, viburnos, saucos, adelfas, sauzgatillos y álamos blancos crean ambientes umbríos y protegidos para acoger nueva fauna y hacer más acogedor el paseo durante los días más calurosos del año. Al alejarse de los ambientes acuáticos la vegetación se hace más resistente a la sequía y se han plantado especies exclusivamente mediterráneas como pinos, romeros, jaras, tomillos, lentiscos, lavandas, espartos, albardín, albaidas, retamas, genistas, coronillas o valerianas rojas. Esta plantación sobre una amplia superficie del parque ha tenido una finalidad paisajística, educativa y a la vez de contención de la erosión y de protección del suelo. Toda esta flora, seleccionada por ser mediterránea y tener un bajo requerimiento hídrico y soportar la sequía de verano, se ha implantado mediante el riego con agua regenerada y tratada con origen en la depuradora.
El bosque existente y la vegetación mediterránea implantada son en realidad otro paisaje y el hogar de otro grupo de animales. Pequeños mamíferos como conejos y murciélagos aprovechan las horas de menos luz para visitar el parque y aves como los cernícalos, palomas torcaces, pájaros carpinteros (pito real) y golondrinas y aviones lo hacen durante estos meses estivales.
Está prevista la suelta y creación de una reserva de una población de dos peces autóctonos como son el cacho valenciano y el barbo gitano, en colaboración con el departamento de ictiofauna de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente. Gracias a la cartelería instalada, el visitante puede interpretar los ambientes recreados e identificar la mayoría de los nuevos habitantes vegetales o animales que se han incorporado recientemente.
