La provincia de Alicante nunca ha sido uno de los destinos preferidos para los amantes de uno de los deportes náuticos por excelencia, el surf, por la falta de espacios autorizados. Sin embargo, este hecho está cambiando en los últimos tiempos gracias a la autorización de nuevas zonas donde los surfistas pueden dar rienda suelta a su pasión. Muchos municipios alicantinos han priorizado la presencia de bañistas en sus tranquilas playas y calas a la de los que les gusta surfear las olas. Las condiciones para que aparezcan buenas olas en sus costas son muy concretas, y no siempre se dan, pero los surfistas alicantinos nunca han desistido en pedir más lugares donde practicar su deporte en días de viento y «mala mar», cuando los bañistas se quedan en la arena, o en horas en las que aún estos no han llegado o ya se han ido. Las localidades costeras, poco a poco, han ido accediendo y ya es posible surfear en muchas de ellas, como El Campello (donde hay hasta una escuela de surf), Sant Joan, La Vila Joiosa, Xàbia o Guardamar del Segura, que se han convertido ya en destinos de surfistas no solo de la provincia, sino de todo el país. La última en sumarse a la lista ha sido Orihuela.
La localidad de la Vega Baja autorizó ayer el uso de Cala Cerrada para que los surfistas puedan desafiar allí al viento y a las olas sobre sus tablas, sobre todo en días de Levante. El municipio pretende convertirse en un referente del « turismo surf» porque, defiende el Ayuntamiento, «se dan unos componentes climatológicos que permiten practicarlo durante todo el año». La localidad ha contado con la colaboración del colectivo de surfistas del litoral oriolano, muchos de los cuales se han llevado alguna multa en estos años al salir del agua porque la ordenanza municipal prohibía expresamente la práctica del surf en Orihuela Costa.
Con esta actuación, Orihuela regula la práctica de este deporte que, eso sí, solo se podrá practicar en la temporada alta (del 15 de junio al 15 de septiembre) hasta las 10 de la mañana, así como a partir de las 20 horas, y con libertad horaria para el resto del año, siempre que se realice con ausencia total de otros usuarios. Esa experiencia solo está reservada a los titulares de licencia expedida por la federación competente para esta modalidad náutico-deportiva.
La provincia pretende ser un paraíso también para el surf y, aunque es complicado que aquí se produzca un mar de fondo (o «swell», como lo llaman los surfistas) como para generar enormes olas, el viento que sopla en muchas zonas del litoral alicantino lo resuelve. En su costa cada vez se practican más modalidades de este deporte como el windsurf, el kitesurf y, sobre todo, el paddle surf.
