El exconcejal del Ayuntamiento de Torrevieja, Eduardo Gil-Rebollo, falleció este lunes a causa de un infarto a los 62 años de edad. Concejal desde 1993 hasta 2019, en este mandato era asesor de Playas, Transportes, Puertos y Pesca del equipo de gobierno. El exedil del PP, gran aficionado al mar y a la pesca, ha muerto de un infarto fulminante cuando se encontraba en su embarcación. Su fallecimiento ha causado una gran consternación en la ciudad donde era muy conocido, uno de los políticos que habían sido más queridos por su carácter afable y campechano durante sus 26 años con distintas responsabilidades en el consistorio torrevejense. Sobre todo ha causado conmoción en la pedanía de La Mata, donde nació.

En febrero de 2019, Gil Rebollo convocó a los medios para anunciar que dejaba la política al final del mandato que acababa en mayo de ese año, por motivos personales. En esa comparecencia estuvo acompañado por el actual alcalde de la ciudad, Eduardo Dolón, que no quiso faltar a esa despedida tras haber estado en la política local desde 1993. En el pasado mandato asumió el puesto de edil en la oposición que dejó vacante Joaquín Albaladejo. Declinó ir en las listas del PP en las elecciones del mes de mayo del pasado año, aunque Eduardo Dolón le ofreció un puesto de asesor en el Ayuntamiento. Durante más de tres décadas fue concejal de áreas muy importantes del Ayuntamiento de Torrevieja como Policía Local, Aseo Urbano, Medio Ambiente, Parques y Jardines, Transporte, Obras y Servicios, Playas, Vía Pública, Mercados o Coordinador de Urbanizaciones "con una implicación y un trabajo en todas ellas digna de reconocimiento", señaló entonces Eduardo Dolón. El actual regidor siempre ha destacado que Eduardo Gil "ha sido, es y debe seguir siendo un activo muy importante del PP por su experiencia, su conocimiento de cualquier rincón de la ciudad y su capacidad de trabajo", como dijo en su despedida como político el año pasado.

De trato muy cercano con los vecinos, fue durante muchos años la mano derecha del exalcalde Pedro Hernández Mateo. "Matero" de pro, nunca desaprovechaba la oportunidad para decir que había nacido en esa pedanía torrevejense y, de hecho, sus actuaciones en esa zona durante sus años como concejal han sido de lo que más orgulloso se ha sentido. En su despedida de la política destacó que nada más entrar en el Ayuntamiento, en el año 1993, llevó a cabo la primera plantación de pinos en lo que hoy es el área recreativa municipal en Lo Albentosa. También destacaría la creación de la Plaza de la Agricultura donde antes se producía el paso de la N-332, la construcción del nuevo cementerio de La Mata y traslado del mismo, la construcción de múltiples plazas donde no había ninguna (Perfecta Rodríguez, Gaspar Perelló, Santiago Gil, Tomás Hernández o la Plaza de Todos los Santos) o la puesta en valor de los restos de la Torre del Embarcadero de La Mata con la transformación de sus zonas aledañas en mirador turístico y plaza. Actuaciones que fueron en paralelo a la transformación de La Mata de un pueblo a un destino de turismo residencial.

Descanse en paz.