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Aluvión de solicitudes de guardias civiles para cambiar de destino por la elevada carga de trabajo

Los agentes de la Benemérita que dan servicio en la Vega Baja dicen estar «saturados» porque la comarca «está colapsada». Los agentes achacan el problema a la falta de efectivos en la comarca, que estiman en más de 200, a pesar del incremento de la delincuencia

Aluvión de solicitudes de guardias civiles para cambiar de destino por la elevada carga de trabajo

Saturados. Así están los agentes de la Guardia Civil destinados en los diferentes cuarteles de la Vega Baja. Una comarca donde el aumento de delitos es casi proporcional a la falta de efectivos que hay. Así lo denuncian los propios guardias civiles destinados en la Vega Baja. La sobrecarga de trabajo que tienen por las reducidas plantillas está llevando a un alto porcentaje de agentes a pedir un cambio de destino. Así lo asegura la Asociación Profesional de la Guardia Civil Jucil.

«Cada vez son más los guardias civiles destinados en la Vega Baja que piden un cambio de destino por la gran carga de trabajo que hay, porque no se aumentan los efectivos y los que estamos aquí destinados tenemos que asumir un aviso tras otro, más los trámites pertinentes, y se puede resentir nuestro trabajo porque a veces atendemos rápido un servicio para ir a otro», lamenta Cristian Martínez, secretario provincial de Jucil.

La Subdelegación del Gobierno trata de paliar las peticiones de cambio de destino de los agentes de la Vega Baja enviando nuevos efectivos que sustituyen a los que se van, pero apenas incrementando refuerzos. Al final, muchos de los que llegan se terminan cansando del destino al ver la sobrecarga de trabajo y acaban pidiendo marcharse. Según fuentes de la Guardia Civil, son unos 60 agentes los que tienen pendiente, a día de hoy, un cambio de destino al haber pedido irse de la comarca. Muchos más también lo solicitaron pero no ha sido aprobada su solicitud. La Subdelegación, para compensarlo, enviará a 90 agentes nuevos, pero esos 30 de más no compensan la falta de efectivos, cuya carencia en la comarca Jucil cifra en más de 200 guardias civiles. Presión

Solo en el cuartel de Callosa de Segura, este mes son siete los agentes que se marchan, si bien la Subdelegación del Gobierno va a enviar 14 nuevos guardias civiles, todo tras la presión de los alcaldes de los siete municipios que atiende el cuartel callosino hartos del aumento de la inseguridad. Al final, el refuerzo se queda en siete guardias civiles por la marcha del mismo número.

Jucil critica que el Ministerio cuente a los guardias civiles que son eventuales, están en prácticas, como parte de las plantillas de los cuarteles, lo que eleva el número de efectivos que hay en cada puesto. «Eso es irreal porque esos agentes necesitan que les enseñemos, lo que hace que tengamos más carga aún de trabajo, y como los cuentan dentro del catálogo no envían más agentes, y lo que habría que hacer es completar las plantillas que dispone el catálogo de cada destino», se queja Cristian Martínez.

Hay un malestar grande entre todos aquellos agentes que han pedido un cambio de destino puesto que se han sobrepasado ya los tres meses que tiene la administración competente para trasladarlos a su nuevo cuartel y enviar a los agentes que los sustituyen. «Han pasado más de tres meses y ni han contestado ni han mandado a los nuevos guardias destinados y esto está causando un gran perjuicio a los solicitantes porque no pueden escolarizar a sus hijos ni alquilar una vivienda, y exigimos que se resuelvan las vacantes cuanto antes», señala el secretario provincial de Jucil.

Los delitos violentos son los que más están creciendo en la comarca. Por ello, la Asociación Profesional Jucil exige que se aumenten los equipo de Policía Judicial. Las poblaciones de la comarca tienen cada vez más población y, sin embargo, la plantilla de Policía Judicial no se amplía desde hace 20 años, según las mismas fuentes. «Son especialistas en ese tipo de delitos y van desbordados», asegura Martínez quien considera que hay cuarteles que, por el número de delitos que se cometen en su demarcación, deberían contar con un equipo de Policía Judicial y no lo hay, como en Callosa de Segura. Jucil pide un equipo de Policía Judicial en todos los puestos principales o que se aumente la plantilla en los que hay. Torrevieja y Callosa, a la cabeza

Los cuarteles de Torrevieja, primero, y Callosa de Segura, después, son los que soportan una mayor carga de trabajo ya no solo de la comarca, sino de la provincia. Tampoco andan mejor las cosas en los puestos de Almoradí y de Pilar de la Horadada, que también tienen un gran déficit de efectivos. En el caso de San Miguel de Salinas y de Jacarilla, dos puestos más pequeños, muchos ciudadanos se preguntan el por qué están cerrados cuando van. Tiene una fácil explicación. Ambos están coordinados y cuando una patrulla sale de uno de ellos ese cuartel se cierra y se queda abierto el otro, mientras que esos agentes tienen que cubrir ambas demarcaciones.

Hay un proyecto del Ministerio del Interior para cerrar los puestos que tengan menos de un número determinado de agentes de la Benemérita, que sería de menos de 25, y reunificar los cuarteles. Una noticia que ha sido bien recibida en el gremio porque permitirá controlar mejor los servicios y aumentará el número de patrullas en la calle.

En la Vega Baja los servicios que más atiende la Guardia Civil son, por este orden, robos, en muchos casos con violencia, riñas y peleas y violencia de género, una lacra que no cesa. Los agentes destinados en la comarca se dejan literalmente la piel para atender con una profesionalidad absoluta todos los servicios, pero se ven desbordados, y esto provoca un desánimo que lleva a muchos a pedir un cambio de destino a otro más tranquilo.

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