¡Hola, Raquelica!. ¡Espero que estés bien!. Oye, no sé si te has enterao, pero «tu palacio», que es como le llamas, se va a rehabilitar. Dicen que se van a gastar una pasta, casi tres millones de euros, y que lo van a dejar como los chorros del oro. Eso es lo que he leído y eso es lo que te quiero contar, porque sé que te alegrarás. ¡Si, hablo del Palacio de Rubalcava!. Edificio de propiedad municipal que está hecho unos zorros y que amenaza con venirse abajo, a poco que los hombres no actúen con presteza para atajar la enfermedad que le ha llevado a su actual estado: el abandono y la desidia.

¡El edificio es -o era- impresionante!. Yo lo conocí nada más comprarlo el Ayuntamiento. Incluso el entonces alcalde, Paco García Ortuño, me hizo «guardián/custodio» de la llave hasta que su chófer particular, Paco Muñoz «el Kico», se fue a vivir allí con su mujer, en plan conserje. El palacete neobarroco de principios de siglo XX ha acogido recepciones como la del Caballero Cubierto. Ha sido sede de la Asociación de Moros y Cristianos y del Museo de la Reconquista. Ha albergado el Conservatorio Municipal de Música o la Oficina de Turismo, el departamento municipal de Servicios Sociales, el Museo Arqueológico. Y algo que la mayoría de los oriolanos desconoce, en él pernoctaron, entre otros, el ex presidente de la Generalidad Valenciana, Eduardo Zaplana, o los entonces «jefes» de RNE cuando vinieron a Uryula para realizar, en el Colegio de Santo Domingo, la programación matinal de la emisora pública.

Raquelica, ¡lo van a rehabilitar!. Y, aunque en un principio dijeron que sería un edificio multiusos -¡otro más!-, ahora aseguran que será un museo, exigencia del Consell para ayudar a la recuperación de un inmueble que está cerca de las iglesias de Santiago y de las Santas Justa y Rufina (monumentos nacionales), en el caso histórico oriolano, y enfrente del Museo de la Reconquista (Casa del Festero/Pozos de Cremós). La autoridad competente «aconseja» al equipo de gobierno en la Esquina del Pavo que recupere el mobiliario original y los cuadros, que, al parecer, están guardados, además de rescatar estancias y salas nobles de las que se tiene constancia por fotos y documentos.

De todas formas, ya sabes, Raquelica, que las cosas de palacio van despacio y tendremos que esperar un tiempo para que la rehabilitación del palacio sea una realidad. Dicen que la licitación del proyecto se conocerá a finales de este año maldito. ¡Jodido bicho que nos ha cambiado la vida!. Parece ser que la obra se adjudicará a principios del año que viene, aunque no será hasta mediados de 2021 cuando arranquen y que los trabajos para recuperar el inmueble se prolongarán un año, por lo que hasta mediados de 2022 no estarán acabados y se «empezará a vestir» para poder albergar un nuevo museo en Uryula, aunque me da que muchos de los muebles, tapices y enseres que había en el palacio han desaparecido y va a ser muy complicado recuperarlos.

Sea como sea, y aunque tengamos que esperar casi dos años para ver el edificio en todo su esplendor -¡nuevamente!-, lo importante es que se ha cogido el toro por los cuernos -¡ya era hora, verdad!- para recuperar uno de los edificios nobles que pasó de la Guía Provisional de Arquitectura de Orihuela, editada por el Colegio de Arquitectos de Alicante, a figurar en la Lista Roja del Patrimonio -lo mismo que pasa ahora con la iglesia de las Santas Justa y Rufina-, por su más que alarmante estado de deterioro, lo que, aun hoy, hace que corra peligro y pueda derrumbarse por cualquier motivo, como las intensas lluvias caídas en la capital de la Vega Baja, en septiembre pasado, que anegaron diferentes zonas de la ciudad.

Así las cosas, Raquelica, imagino que te habrá alegrado la noticia, porque me consta que, siempre que paseabas por la zona, se te caía el alma a los pies viendo el deplorable estado que presenta uno de los palacios más elegantes e impresionantes de cuantos hay en Uryula. Esperemos que, por ejemplo, no pase lo mismo con el del Marqués de Rafal, en la plaza de Ramón Sijé, que está en venta. ¡Cuando llegue el día, tendremos que celebrarlo!. Palacio o museo, lo importante es que se recupere el edificio. ¿No crees?. ¡Siempre tuyo afectísimo!