El Ayuntamiento de Torrevieja y la Fundación Nao Victoria han firmado un convenio de colaboración que permitirá que, por fin, la réplica del pailebote Pascual Flores, tras más de una década terminado y amarrado sin uso en el puerto torrevejense, pueda navegar. A través de este convenio el Ayuntamiento, propietario del barco histórico de cabotaje, cederá la nave durante cuatro años a la fundación andaluza, experta en la gestión de naves históricas. El objetivo es que esté presente en ferias marítimas de Europa y haga escala en puertos de todo el mundo. El convenio fue rubricado ayer entre el alcalde Eduardo Dolón (PP) y el director de la Fundación, José Fernández de Cabo, en uno de los compartimentos del espectacular Galeón Andalucía, uno de los barcos históricos con los que cuenta la Fundación, que se encuentra de visita en Torrevieja hasta el lunes.

El alcalde respiró aliviado tras una firma que aleja el temor de que una inversión tan relevante naufragara sin haber salido del puerto. El Ayuntamiento aportará 150.000 euros a la Fundación Nao Victoria que ya ha comenzado la reparación con respaldo de proveedores locales. Un trabajo que se prolongará durante seis meses en las instalaciones de construcción y reparación de barcos que la Fundación tiene en Huelva. La embarcación ha perdido su arboladura con el trinquete, el palo mayor y la mesana sin haber recorrido ni una milla náutica a vela desde que se culminó su construcción en 2008 por los astilleros de carpintería de Ribera Carrasco de Águilas, tras una inversión de más de 4 millones de euros. Antes, entre 1999 y 2004- el Ayuntamiento perdió más de medio millón de euros en la compra y mantenimiento del barco original, destruido porque su restauración era inviable.

Acto de la firma del convenio. Tony Sevilla

La Fundación se compromete a adaptar en el interior del barco para convertirlo en un museo flotante sobre Torrevieja y su tradición marinera. Esa inversión de 150.000 euros en la reparación se compensará ampliamente con la promoción de la ciudad que supondrá su presencia en las escalas que realizan las naves históricas con las que cuenta esta fundación andaluza, según reiteraron alcalde y Fundación. «No es un gasto. Es una inversión. El retorno que va a tener Torrevieja desde el punto de vista promocional las escalas del barco vale mucho más», que lo que cueste la reparación del barco, dijo Fernández de Cabo. «Va a ser el mejor embajador de Torrevieja. Es un elemento de promoción sin igual que visitarán cientos de miles de personas», subrayó. El alcalde Dolón, en un símil marinero, reconoció que la travesía hasta este acuerdo no ha estado libre «de levantes» que «nos han alejado del rumbo» pero que ahora se ha enderezado.

«La Fundación accede a este convenio porque la materia prima, la estructura, el casco del barco, su alma, es una joya. Torrevieja tiene un barco como no conocemos otro», subrayó. «El Pascual Flores es una joya de la carpintería de ribera y realizará una promoción impagable de Torrevieja», añadió Fernández de Cabo.

UNA IDEA MEGALÓMANA DE HERNÁNDEZ MATEO CON OTRO CONTRATO MILLONARIO

La idea de recuperar del Pascual Flores como un "trozo de historia de Torrevieja" fue del entonces alcalde Pedro Hernández. En 1999 decidió comprar el barco original. Pagó más de doscientos mil euros a un particular que lo tenía amarrado en un puerto británico. La nave fue recibida con banda de música con numerosos vecinos embarcados -que quizá no hubieran hecho la travesía de conocer el estado real de la nave-.

Pronto se comprobó que su restauración era inviable y el barco acabó en un vertedero ilegal de Bigastro, pese a que el gasto municipal en mantenimiento -se realizó una cama de hormigón para el intento de reparación en dique seco- sobrepasaron ampliamente otros doscientos mil euros.

Fue entonces cuando Hernández Mateo, que decía que la nave sería "el castillo de Torrevieja" adjudicó a una empresa especialmente beneficiada por la contratación municipal en aquel momento, JOST, la construcción de una réplica por casi cuatro millnes de euros y la firma de un convenio con la Generalitat presidida por Francisco Camps para crear una alta escuela de vela que resultó un fiasco. Hasta la fecha.