Con apenas 7 horas de diferencia, el área de la Vega Baja ha sufrido 2 terremotos de baja intensidad. El primero de ellos, de 2,6 grados de intensidad, se ha sentido en Torrevieja y en diversas poblaciones cercanas a las 20:55 horas del pasado domingo 1 de noviembre. El segundo seísmo de 2,5 grados de intensidad, se sintió a las 4:07 de la madrugada del 2 de noviembre. El primer temblor, con epicentro en el mar, al noroeste de Torrevieja, a una latitud de 37.9955 grados Norte y una longitud de -0.5664 grados Oeste, a 6 kilómetros de profundidad. El segundo terremoto, también ha tenido su epicentro en el mar, con coordenadas similares al anterior, pero a una profundidad de 4 kilómetros. De los dos seísmos ninguno ocasionó incidentes, salvo el susto a muchos vecinos de Torrevieja que han notaron un fuerte temblor.

Coincidencia fue que coincidiera con el 265 aniversario del sufrido por Lisboa el 1 de noviembre de 1755, festividad de Todos los Santos, hace ahora 265 años y que, por su duración y virulencia, ocasionó cerca de cien mil víctimas, barrió literalmente la ciudad, especialmente con el tsunami que golpeó la fachada marítima. Los inmediatos incendios ahondaron aún más en la destrucción de la ciudad. El ochenta y cinco por ciento de los edificios de la capital lisboeta sufrieron considerables daños. El seísmo recorrió el territorio portugués y el reino de España.

Su radio de acción alcanzó a todo el territorio español. Para conocer el alcance del mismo, el rey Fernando VI mandó un telegrama a todos los ayuntamientos y Reales sitios para que, de primera mano, le diesen noticias de sus efectos.

El terremoto se advirtió en esta La Mata y la Torre Vieja entre nueve y diez de la mañana, en la Casa Administración y Torre de las Reales Salinas de La Mata se movieron con gran violencia las columnas, paredes maestras y arcos, desprendiéndose algunos fragmentos. Duró el temblor por espacio de ocho o nueve minutos, un segundo seísmo se advirtió después de las diez de la expresada mañana, durando tres o cuatro minutos. No se advirtieron señales indicativas del temblor, ni hubo desgracias en personas y animales.

Aquel terremoto de Lisboa causó un impacto enorme, produjo miles de muertos en Portugal, España y norte de África, también se sintió en el sur de Francia y norte de Italia, levemente en Hamburgo, aunque en muchas otras zonas del continente, e incluso de América, se observaron fenómenos asociados como la alteración de las aguas en calma, a la vez que ocasionó daños económicos de gran consideración. Su epicentro estaba situado en el océano Atlántico, al suroeste del cabo de San Vicente., en la llamada depresión Lusitana, que constituye un fragmento de una región sumergida del continente Nort-Atalántico, presentando diversas fracturas costeras y una longitudinal NE.-SO. En la que queda encajado el estuario del río Tajo.

Los terremotos sentidos el pasado domingo, tuvieron su origen en la falla llamada de Torrevieja, de carácter secundario pero bien definida por su fractura, o más bien fosa, de la Rambla de Benferri (entre las sierras de Orihuela y de Callosa de Segura) y varias pequeñas fallas en Hurchillo y Los Montesinos. Delimita con el sur al bloque de Torrevieja, residiendo en el extremo sur de la falla el núcleo sísmico del mismo nombre, cuyos focos principales se encuentra en el mar, próximos a la costa, siendo frecuentes sus débiles sacudidas, como las sentidas en días pasados. Próxima a esta falla reside el núcleo de Torremendo, de menor actividad que el de Torrevieja.

Dentro de la alta frecuencia de terremotos producidos en el núcleo sísmico de Torrevieja, como el más antiguo hay constancia testimonial de los sentidos el 28 de agosto de 1518, tres sacudidas de 4 grados de intensidad; los del 17 y 18 de enero al 6 de febrero de 1802, de 7 grados de intensidad y que afectaron considerablemente a la población de La Mata, contándose más de 250 sacudidas; los terremotos del 10 de enero de 1822, de 7 grados de intensidad, produciéndose más de doscientos temblores.

Si bien el seísmo de más importancia sentido en Torrevieja, fue el 21 de marzo de 1829, de 10,5 de intensidad, con epicentro en Rojales, seguido más de 500 temblores que se sintieron 26 de marzo; destruyó por completo las poblaciones de Torrevieja, Benejúzar, Guardamar y Almoradí, causando 389 muertos, de los cuales, 32 fallecieron en Torrevieja, si bien la línea de fractura se encontraba entre Rojales, Almoradí, Daya y Guardamar. Réplicas de menor intensidad continuarían hasta el mes de septiembre.

Otros terremotos importantes sentidos en Torrevieja y cuyo epicentro se encontraba frente a su costa entre los de mayor importancia citaremos los ocurridos el 17 de abril de 1833, de 7 grados, con más de cien sacudidas; y entre el 3 y el 15 de febrero de 1867, de 8 grados de intensidad, que produjo quebrantos y ruinas en numerosos edificios, entre los que se encontraba la iglesia que quedó completamente inutilizada para el culto.