La plantilla al completo de las salinas de Torrevieja se ha reincorporado a la actividad. Las pruebas de extracción de sal realizadas a principios de octubre han tenido continuidad en la normalización de la producción. Los 29 salineros destinados específicamente al trabajo de extracción dentro laguna en la «cosechadora» y los remolcadores trabajan a dos turnos desde principios de mes.

La Nueva Compañía Arrendataria de las Salinas (NCAST), integrada en el Grupo Salins, aplicó un expediente de regulación empleo temporal a esta parte de la plantilla el 15 de agosto. Era una medida excepcional pero en el caso de la industria torrevejense desligada de la crisis sanitaria. La salinera está inmersa desde finales de 2016 en un ciclo de entrada de grandes volúmenes de agua dulce que ha rebajado su producción media anual, situada en más de millón de toneladas anuales. A la secuencia de episodios de lluvias torrenciales - gota fría de diciembre de 2016, tormentas torrenciales en 2018 y 2019, la DANA de septiembre de 2019 o la borrasca Gloria a principios de este año, se suma el enorme impacto, cada vez con consecuencias más graves, de la evacuación de aguas pluviales del casco urbano de Torrevieja sobre la laguna rosa. Las zonas urbanizadas de Torrevieja situadas en la cuenca de las salinas siempre han evacuado a la laguna -sin contar con red de pluviales-.

En las últimas décadas el volumen de agua es mayor y llega más rápido al saladar porque el asfalto y las viviendas han ocupado la superficie de tierra que antes laminaba esas escorrentías. La DANA de septiembre de 2019 y la borrasca Gloria aportaron una enorme cantidad de agua dulce a la lámina de agua -llegó a los dos metros cuando lo habitual es que no supere el metro y medio- lo que retrasó más de dos meses y medio el cristalización de la sal en el fondo. Algo que solo se produce con una saturación de salmueras que roce los 300 gramos por litro. También inundó las zonas dedicadas a la extracción e inutilizó la cosechadora -que necesita una profundidad determinada para moverse sobre el fondo-. Con ayuda de las altas temperaturas de finales de verano y buena parte del otoño y los vientos de levante el cuaje se ha produjo finalmente -el color rosa intenso del charco lo atestigua-. Ni el comité de empresa, que cuestionó el ERTE, ni la dirección de la NCAST se han pronunciado sobre el reinicio de la actividad.

Aunque la extracción se ha reiniciado, Torrevieja sigue recibiendo sal de otras salinas. TONY SEVILLA

Desde principios de los años 70 las salinas de Torrevieja son capaces de mantener actividad prácticamente durante todo el año tras el proceso de mecanización y la incorporación del salmoreoducto de Pinoso. Las labores de extracción comienzan a principios de agosto y terminan en julio siguiente -el parón de apenas unas semanas se utiliza para poner a punto las instalaciones-. Pese al reinicio d e la actividad la empresa sigue «importando» desde hace meses sal procedente de Italia por vía marítima de salinas del mismo Grupo Salins. Esta misma semana en el dique de Poniente del puerto se realizaba la descarga de sal de un barco procedente de Italia, al tiempo que otro era cargado de sal.