Dos décadas después de que el trazado de la Alta Velocidad por la Vega Baja para conectar la meseta con Elche y Murcia se planteara como un proyecto real este fin de semana un comboy completo del AVE ha circulado en fase de pruebas por la plataforma ferroviaria. Adif lleva realizando pruebas en este trazado desde finales de 2019 y el Ministerio de Fomento anticipó que su voluntad era inaugurar el servicio de conexión a Elche y Murcia este año. La crisis sanitaria lo ha retrasado todo.La imagen del primer tren sobre el trazado la ha protagonizado el singular morro morado y vagones del AVLO, la alta velocidad «low cost» de Renfe, en una escena de contrastes: la plataforma ferroviaria con un transporte que supera los 200 kilómetros por hora jalonado por los cultivos de alcachofa de la huerta más tradicional. 

Solo el presupuesto de adjudicación del subtramo entre San Isidro y Orihuela de poco más de nueve kilómetros se adjudicó por 182. 030.233 euros (IVA incluido) -todavía se desconoce la cifra de sobrecostes. Esta sección discurre por los términos municipales de San Isidro, Granja de Rocamora, Cox, Callosa de Segura, Redován y Orihuela. Una infraestructura con hitos importantes como el viaducto de Callosa de Segura-Cox (742,7 metros); el viaducto de Redován (589,1 metros); el túnel de Callosa de Segura (2.050 m de longitud), la losa y falso túnel de Orihuela; la nueva estación de Cercanías de Callosa-Cox o el enorme puente-viaducto para salvar otro viaducto: los «tubos» del postrasvase Tajo-Segura.

Las imágenes del vídeo que acompaña a esta información corresponden a la plataforma del AVE en Cox. En concreto al paso el sábado del AVLO, el tren de alta velocidad de bajo coste de Renfe, que circulaba en dirección Elche- Murcia justo en la huerta tradicional de Cox y cuando la vía se aproxima al túnel que atraviesa la Sierra de Callosa, una de las infraestructuras más espectaculares, costosas y polémicas del proyecto con más de dos kilómetros de longitud

El AVE llegará con mucho retraso a la comarca -no hay fecha para su puesta en servicio-, con una viabilidad, en cuanto al número de pasajeros potenciales de la propia comarca que lo van a utilizar y probables paradas más que discutible, y una investigación judicial por corrupción en contratos millonarios de reposición de servicios en la que se vio implicado de lleno el Juzgado de Aguas de Orihuela. 

Además el trazado ha generado ya un impacto ambiental irreversible sobre la comarca: una parte se dimensionó sobre viaductos para poder desviar la plataforma hacia la Sierra de Callosa en Cox y Redován y evitar el efecto barrera. Pero el resto se ha construido sobre un talud, lo que agravó los efectos de las inundaciones de septiembre de 2019 justo en la zona en la que debería desaguar al río Segura y la red de azarbes la rambla de Abanilla.

Los miles de usuarios diarios en la comarca lo que realmente esperan es que se modernice el tren de Cercanías

El proyecto no se modificó para evitar su encarecimiento pese a las advertencias de regantes y colectivos ecologistas y que la legislación frente al riesgo de inundación señalaba que la vía discurriría por la zona con mayor peligro de inundación de la Vega Baja. Los vecinos que son usuarios del tren en la Vega Baja para desplazarse a diario a Murcia, Elche o Alicante desde Orihuela, Callosa o San Isidro no esperan tanto la puesta en marcha de este AVE, si no la modernización de los trenes de Cercanías, ahora con un servicio tercermundista. Modernización que debería llegar a la par de la entrada en servicio del AVE. 

Antes de que Fomento se decidiera por el trazado actual los colectivos sociales de la Vega Baja pelearon para evitar un impacto ambiental mayor. Movilización que evitó una opción supersur, que exigía el sector inmobiliario para acercar el AVE a la costa. Finalmente la línea se ciñó en esencia a la actual convencional a excepción de Callosa de Segura. La movilización vecinal en este municipio perdió la partida a la hora de exigir que no atravesara la sierra.