El pleno infantil de Orihuela se saltó este lunes la regla no escrita de que los alumnos de los colegios que participan se ciñen a quejarse de los problemas y deficiencias, que no son pocas, que tienen en su ciudad y que ven en su alrededor. La polémica en torno a la reforma de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE), conocida como ley Celaá, se coló en el salón de plenos donde se encontraban tanto el alcalde, Emilio Bascuñana y varios ediles, como el alumno que hizo de regidor, Sergio González (del CEIP Miguel Hernández) y el que hizo de secretario, Rubén García (del CEIP Maestro Ismael García). El resto de «pequeños» ediles de la corporación intervinieron por videoconferencia desde los cuatro centros educativos que participaron en el pleno infantil, el primero telemático de la historia.

Fue el colegio privado y concertado Oratorio Festivo el que sacó a relucir tan polémico tema ajeno al día a día de Orihuela. Sus alumnos de Primaria leían todo un alegato en favor de la escuela concertada y de la religión. «No queremos que se quiera imponer la ley y queremos que los padres puedan elegir centro educativo de acuerdo a sus convicciones», leía uno de los niños desde un atril del colegio. Precisamente, el PP ha promovido en algunos ayuntamientos mociones contra esa reforma educativa, por lo que los pequeños no hicieron más que imitar a los mayores. Desde el salón de plenos, salía en su defensa el edil de Educación, Ramón López, quien dijo que «estamos dispuestos a defender que las familias elijan centro y la lengua vehicular en la que estudian sus hijos». Al final de la sesión, el regidor, Emilio Bascuñana, abogó por una buena educación «para que tengamos libertad para decidir cómo queremos vivir, qué queremos hacer con nuestras vidas sin que ningún iluminado quiera beneficiarse a costa de la sociedad».

Pero el pleno infantil dio más de sí. Desde el Colegio Miguel Hernández, los alumnos se quejaron de la suciedad de las calles y el río y propusieron instalar papeleras para reciclar, lo que apoyó el edil Dámaso Aparicio. En el CEIP Los Dolses de Orihuela Costa, sus pequeños «ediles» lamentaron que haya contenedores de basura sin recoger y propusieron que se abra el centro por las tardes para aprovechar sus pistas deportivas y biblioteca, lo que tuvo gran aceptación. Por último, el CEIP Ismael García de La Murada se quejó de la inseguridad y la estrechez de las calles de la pedanía. Los ediles se comprometieron a verlo, aunque los políticos, los de verdad, tiraron más balones fuera que soluciones. Los que lo fueron por unas horas les dieron, en este sentido, una lección.