La DANA de septiembre de 2019 y la borrasca Gloria de enero de este año han provocado que a lo largo de varios tramos el río Seco haya contado con un caudal constante de agua desde hace más de un año. El río Seco es una rambla-río que se forma con la confluencia de barrancos en Sierra Escalona y discurre por el término municipal de Pilar de la Horadada hasta su desembocadura. Ahora cuenta con un volumen de recursos hídricos que los vecinos de edad que viven en la zona aseguran que jamás habían conocido. De hecho, no estaba documentado como tal un nacimiento del río en la cabecera, aunque en la rambla sí que existen varias fuentes como la de Síscar. Pero pozas y zonas con agua permanente se han convertido en refugio de aves en zonas de muy difícil acceso a pie. Hasta hace escasas semanas todavía circulaba un caudal de agua continuo en este río y lo mismo ha ocurrido en la comarca en este último año atípico con otros cauces como el de la rambla de la Fayona, el río Nacimiento en Orihuela Costa o la rambla-río Chícamo-Abanilla, en Benferri. Aunque estas ramblas están volviendo a su estado habitual tras un otoño muy seco.

El educador ambiental Ignacio Mora, en una ruta. D. Pamies

Educación ambiental

El río Seco y su entorno es un «desconocido» entre las zonas de gran valor paisajístico y ambiental de la Vega Baja. Pero poco a poco se va abriendo paso la labor de concienciación del equipo de Comunicación y Educación Ambiental que trabaja en este Paisaje Protegido en el centro de interpretación en Pilar de la Horadada desde hace un par de años. Ignacio Mora y Ana Roca son los responsables de las actividades que casi todos los fines de semana agotan sus plazas -con grupos reducidos por las restricciones contra la pandemia-. El centro de interpretación, que ha estrenado recientemente nueva sede cedida por el Ayuntamiento de Pilar de la Horadada en Pinar de Campoverde, ha realizado numerosas actividades enfocadas a los más pequeños centradas, de momento, en este municipio -también con rutas en el embalse de la La Pedrera-, que está incluido en la zona protegida.

Cuesta sin embargo dar a conocer este espacio. A los medios limitados con los que cuenta el Paisaje Protegido y a su reducido presupuesto se suma la dificultad que entraña que la mayor parte del suelo esté en manos privadas. Algo que se traduce en vallados y puertas -que normalmente no respetan el derecho de paso por vías pecuarias-. Todo a la espera de que la Generalitat dé el paso definitivo y declare el Parque Natural con sus 10.683 hectáreas entre Orihuela, San Miguel y Pilar de la Horadada.