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El Consell se abre a blindar suelo en el plan territorial de Vega Baja y evitar «ciudades fantasma»

Colectivos ecologistas y vecinales reclaman a la Generalitat «valentía» para atajar lo que tachan de «modelo turístico residencial sin planificar»

Vista aérea de una de las decenas de urbanizaciones construidas en Orihuela Costa. | TONY SEVILLA

Rosa Pardo, la directora general de Política Territorial y Paisaje de la Generalitat Valenciana aseguró que su departamento «no se cierra a desclasificar suelos (urbanos) cuya urbanización sea inadecuada en la Vega Baja», fomentará el crecimiento compacto en torno a los núcleos urbanos y evitará las urbanización dispersa y aislada. Estas manifestaciones las hizo en la mesa temática sobre el sistema de asentamientos y turismo residencial. Uno de los encuentros programados por los redactores de Plan de Acción Territorial de la Vega Baja (PAT), adjudicado a la UTE «Cercle» y Territorio y Ciudad» en el marco de la fase de participación en la elaboración de este documento de ordenación territorial -que es una prioridad del gobierno del Botànic y el primero que afecta a una comarca-.

La Generalitat también dijo que estaba abierta ese tipo propuestas cuando elaboró el Pativel, el plan que protegió los suelos no construidos en el litoral y que entró en vigor en 2018. No pudo atender a las demandas de desclasificaciones de suelos cuya urbanización futura genera una gran polémica como los de Cala La Mosca en Orihuela Costa.

Solo pudo intervenir sobre terrenos que todavía no contaran con la condición de urbanizables y exponiéndose a recursos judiciales, como ha sido el caso de La Ceñuela en Torrevieja, entre otros. Para aportar sus propuestas desde que se anunció el inicio de la tramitación del PAT a finales de 2018 se creó una la coordinadora Vega Baja Sostenible, formada por colectivos vecinales y ecologistas, como Segura Transparente, Amigos de los Humedales del Sur de Alicante (AHSA), Amigos de Sierra Escalona (ASE) o la Asociación de Vecinos de San Miguel. Miguel Ángel Pavón, como portavoz de ASE y AHSA, en la reunión presencial llevada a cabo el pasado miércoles Rojales -y disponible en el canal web de la Generalitat - en la mesa temática sobre el sistema de asentamientos y turismo residencial fueron la «declaración de zonas urbanísticamente saturadas y, por tanto, de crecimiento inmobiliario cero, donde sólo se permitiese la rehabilitación de viviendas ya construidas, «la paralización al modelo de crecimiento residencial extensivo en nuestra comarca». Y en tercer lugar el impulso en el plan, que tendrá carácter supramunicipal -los planes generales deberán supeditarse al PAT y no al revés- de un modelo de desarrollo compacto y contenido en torno a los núcleos urbanos tradicionales, «justificado en demandas sociales reales no especulativas, y apuesta por un modelo turístico hotelero como generador de un trabajo estable y de mayor calidad y como foco impulsor de una industria turística especializada en un turismo de servicios (turismo de naturaleza, cultural, de ocio, salud, entre otros).

Pavón pidió «valentía» a la Generalitat y lanzó un mensaje contundente sobre «la lacra territorial» que ha supuesto, a su juicio, el tipo de modelo de turismo residencial que se ha desarrollado en la Vega Baja en las últimas décadas. El que fuera edil de Urbanismo de la ciudad de Alicante citó lo que calificó como «casos sangrantes del turismo residencial como El Raso en Guardamar, que ocupa una orilla de la laguna de La Mata que debería formar parte del parque natural o el PAU 21 de Orihuela, autorizado en pleno boom inmobiliario en la zona mejor conservada del paisaje protegido de Sierra Escalona. Ambos desarrollos con miles de viviendas previstas se encuentran ahora en plena aceleración de construcción de viviendas tras un primer parón de casi seis años de crisis económica entre 2008 y 2013. Entre esos ejemplos también destacó Pavón el caso del Plan General Estructural de Almoradí y su propuesta de urbanizar 300 hectáreas de huerta tradicional. La coordinadora alertó sobre el riesgo de que se generen ciudades «fantasma» en el tejido urbano de las segundas residencias por pérdida de residentes, reclamó de nuevo que la Conselleria «fuera valiente para desclasificar suelos como los de Dolores Golf o los de la zona de Cala Mosca. La Generalitat tiene previsto someter el PAT a información pública con el documento definitivo a principios de 2021.

Promotores que admiten el error de la urbanización dispersa

Promotores y empresarios de la comarca, invitados a la mesa temática, defendieron el modelo de turismo residencial aunque admitieron el impacto negativo del el urbanismo disperso y la falta de planificación de las últimas décadas. Además no quisieron criticar la postura de los colectivos sociales y ecologistas de forma directa y defendieron un modelo «sostenible».

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