Las bajas temperaturas del pasado fin de semana hicieron temer lo peor a los agricultores de la Vega Baja. Que las heladas afectaran al principal y más rentable cultivo de la comarca: la alcachofa. Pero no ha sido así. La entrada de masas de aire frío en la península, de momento, solo beneficia al sector porque no han afectado a las miles de hectáreas de alcachofas. Algo que deja en posición de ventaja a la apreciada producción de la Vega Baja frente a la de otras zonas que sí se han visto más afectadas, como la Vega Media en Murcia o Campo de Elche. Aunque algunas imágenes de bancales, como las captadas en Catral pudieran trasladar lo contrario, «en realidad no ha llegado a helar de forma generalizada en la comarca», según explica a INFORMACIÓN, Antonio Gutiérrez, secretario comarcal de La Unió.

Las heladas débiles o moderadas no afectan al sabor ni al calibre de la alcachofa. Pero sí a su imagen. Dejan un rastro negro de oxidación en el corazón y las hojas que no gusta a un mercado muy exigente. Cuando se produce este «daño» superficial en el cultivo son las empresas conserveras las que aprovechan la situación para comprar a un precio menor a los agricultores afectados. Pero ahora son los productores de la comarca los que pueden pedir un poco más al no verse afectada su alcachofa por la helada. Gutiérrez explica que la campaña de comercialización comenzó con precios muy elevados. La alcachofa rozó los tres euros el kilo en primera venta. Luego ese valor ha ido rebajándose a una horquilla situada entre las 0,70 y los 0,90 euros, según las mismas fuentes. Con esa demanda la producción todavía es rentable pero si baja de forma sensible de esa franja ya comienza a no compensar a un agricultor que ve la alcachofa al doble de precio en mercadillos y al triple en supermercados de la propia provincia de Alicante. Pero todas las campañas se repite la secuencia de ver las alcachofas comercializadas a un precio un 300% superior al de primera venta, en especial en mercados con gran demanda, como el madrileño.

Recuperarse de la DANA

En la Vega Baja se encuentran en producción 1.800 hectáreas. Algo menos de las 2.000 habituales porque el sector sigue arrastrando el impacto de la DANA de septiembre de 2019, que causó daños en zonas de la huerta tradicional que resultaron anegadas y donde este cultivo está muy arraigado.

La Asociación Alcachofa Vega Baja pelea desde hace años por lograr la indicación geográfica protegida para este producto que tiene carácter propio en la Vega Baja frente al cultivado en otras comunidades, en especial el que procede del riego de la huerta tradicional.

Como avanzó este periódico esas 1.800 hectáreas son una superficie sensiblemente mayor a la plantada en 2019: con la gota fría se perdió un 60% de la producción, 15.000 toneladas. La Asociación anunció en Rojales, en el acto simbólico de corte de la primera alcachofa, que espera que la campaña finalice con una producción de 22.000 toneladas, frente a las 25.000 que se obtenían en años de bonanza.