Un ejemplar joven de águila perdicera fue hallado electrocutado el pasado lunes 28 de diciembre en término municipal de Jacarilla, cerca de la Sierra de Benejúzar. El ave resultó electrocutada por un tendido que discurre por este término municipal y el vecino. Una zona de pinares, campos de regadío y de secano, que se encuentra a escasos kilómetros de Sierra Escalona, donde esta especie de rapaz cuenta con una de las zonas más importantes de dispersión juvenil del país.

El Seprona de la Guardia Civil documentó el hallazgo. Se trataba de un ejemplar de apenas un año. Había sido anillado como parte de los pollos localizados en la época de cría hace aproximadamente un año de la población, cada vez más escasa, de esta espectacular ave rapaz en Castellón.

El águila-azor perdicera (Aquila fasciata) está declarada en peligro de extinción por la Unión Europea, debido a la gran mortalidad de las águilas adultas y la pérdida continua de sus zonas de cría, según Ecologistas en Acción.

Es la única águila de las diferentes especies que se encuentran en la Comunidad Valenciana "que no mejora su población. Su estado es peor que el del águila imperial ibérica o el del buitre negro que poco a poco van alejándose del peligro extinción". Pese al descenso de ejemplares en al Comunidad Valenciana sigue apareciendo solo como vulnerable en el catálogo de la Generalitat Valenciana.

España alberga alrededor de 700 parejas reproductoras, lo que suponen el 70 % de la población de todo Europa. Año tras año en muchas regiones, su declive y desaparición es tan acusado que ha pasado a ser declarada de especie vulnerable a especie “En Peligro de Extinción”. En regiones como Murcia y Aragón se han puesto en marcha programas para la conservación de esta especie y su hábitat.

La causa que más afecta al águila perdicera son las electrocuciones con los tendidos eléctricos que llegan al 57 % de los casos. El ahogamiento en balsas de riego y antiincendios suponen el 11 %, la muerte por disparos un 8 % y por envenenamiento un 5 %.

La situación en la Comunidad Valenciana "es alarmante, la población ha disminuido un 30 % desde el 2005 y sólo quedan 66 parejas", según el colectivo ecologista, que alertó de esta situación hace solo unos días con un comunicado de prensa.

Sin embargo, insiste Ecologistas en Acción, todavía sigue estando catalogada como “Vulnerable”. La Conselleria "ha venido rechazando todas las propuestas para modificar" su estado de protección a “En Peligro de Extinción”, peticiones presentadas por científicas y SEO-BirdLife o GER-Ecologistas en Acción. Este rechazo, alega la Conselleria, se basa en los «Criterios orientadores para la catalogación de taxones”.

A la pérdida de territorios de cría y a la baja tasa de reproducción, se le suma el gran aumento de la mortandad. Se ha contabilizado la muerte de 82 águilas en los últimos 5 años. El 70 % de estas muertes corresponden a águilas territoriales que son aquellas que pueden criar y mantener poblaciones.

La causa que más afecta al águila perdicera son las electrocuciones y colisiones con los tendidos eléctricos que llegan al 57 % de los casos. El ahogamiento en balsas de riego y antiincendios suponen el 11 %, la muerte por disparos un 8 % y por último el envenenamiento un 5 %.

Imagen del ejemplar hallado electrocutado en Jacarrilla