El mercado interior de sal para el deshielo supone solo una pequeña parte de la facturación anual de las salinas de Torrevieja. Pero los temporales invernales peninsulares siempre son bienvenidos en la actividad de la Nueva Compañía Arrendataria de las Salinas (NCAST). Es lo que está ocurriendo en los últimos días: la instalación industrial trabaja a pleno rendimiento para la carga de hasta 500 toneladas diarias en los camiones de gran tonelaje que han estado haciendo cola en el acceso a la salinera en la última semana. El frío llegó a toda la península a finales de 2020, y en una situación que no se daba desde hace varios inviernos, las bajas temperaturas y el paso de frentes se ha mantenido para esta entrada de año. Las previsiones, además, señalan que el mal tiempo, el hielo y la nieve estarán presentes en las carreteras, también en viales principales, y cotas relativamente bajas, hasta, al menos, del 10 de enero. A las instalaciones de la salinera junto a la N-332 están llegando una media de veinte camiones diarios que pueden cargar entre 24 y 28 toneladas de sal a granel destinada al deshielo. Proceden del centro, norte de la país pero también del interior sureste de España -Cuenca, Albacete, Burgos o interior de Murcia y Andalucía-

No llegan para hacer frente a la situación actual. Lo hacen en previsión de no quedarse sin stock para lo que queda del invierno, y ante la posibilidad de que se cumplan las previsiones que indican que la borrasca Filomena, puede dejar desde hoy nevadas con espesores poco habituales en cotas altas y cuajar en cotas medias.

Los principales clientes de la salinera son la administración central y las autonómicas - para el caso de la conservación de carreteras-, pero también distribuidores para ayuntamientos y empresas. La NCAST (Grupo Salins) está realizando un esfuerzo de extracción especial durante esta campaña. La inundación de la laguna salada con aportaciones de agua dulce desde finales de 2019 y principios de 2020 retrasó la cristalización de la sal y elevó el nivel del agua de la laguna rosa. Algo que tuvo como resultado el retraso del inicio de la campaña a octubre -suele comenzar en agosto-.

Buena parte de sal que se está distribuyendo para el deshielo es la que la salinera está extrayendo por primera vez en medio siglo de las orillas del saladar. El método convencional, pero con tecnología propia, que se utiliza en Torrevieja para la producción es el uso de una plataforma flotante que con una especie de cuchilla «rasca» la sal acumulada por precipitación en el fondo de la laguna-. Para mejorar una producción que este año iba a estar por debajo de sus 500.000 toneladas de media la salinera está aprovechando la acumulación de sal en las orillas de la laguna rosa de las que no se retira el mineral desde que comenzó la mecanización de la industria -a mediados de la década de los años cincuenta del siglo pasado-. Ahora una flota de maquinaria con pala frontal y camiones está recogiendo el mineral de esa zona y es trasladado a un lavadero donde se prepara para su uso en el deshielo.

También para las carreteras norteamericanas

Más de la mitad de la producción de sal de Torrevieja tiene como destino el mercado internacional vía transporte marítimo a granel desde el puerto de Torrevieja, normalmente para el mercado del norte de Europa, o en contenedores desde el puerto de Alicante con destino a Estados Unidos. La mayor parte se emplea en el deshielo de carreteras -es valorada por dejar menos residuo que otras sales- .