La situación en el Hospital Vega Baja de Orihuela es muy complicada según han trasladado a este medio fuentes sanitarias. Los ingresos se han disparado en los últimos días, lo que ha obligado al centro hospitalario a habilitar una tercera ala para acoger a enfermos de coronavirus, que se suma a las dos que llevan semanas acogiendo a pacientes con covid. Son las tres plantas que contempla el plan de contingencia que el centro hospitalario se vio obligado a poner en marcha por el repunte de casos en la segunda ola de la pandemia. Son 77 las personas ingresadas con Covid-19 en el hospital comarcal, 17 de ellas en la Unidad de Cuidados Intensivos y 60 en planta. Hasta el martes había 50 personas ingresadas en planta, en las dos alas habilitadas, pero el aumento de ingresos en los dos últimos días ha obligado al centro hospitalario a a derivar a los nuevos ingresos a la tercera planta preparada para acoger a otra veintena de pacientes con coronavirus, por lo que aún hay margen para evitar el colapso.

Sin embargo, en el caso de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), a la vista del rápido e imparable crecimiento de ingresos y ante la previsión de que su número no haga más que aumentar en los próximos días, el hospital comarcal ha habilitado nuevos espacios en los que poder albergar pacientes críticos. Así, se han convertido dos quirófano en UCI, así como también las áreas de reanimación. De los 17 pacientes que permanecen en vigilancia en la UCI del centro hospitalario, dos han sido derivados a uno de los quirófanos, el habilitado para pacientes graves con coronavirus. En el otro quirófano están los ingresados en UCI con otras patologías, que actualmente son cuatro. Dentro del plan de contingencia puesto en marcha por el Hospital Vega Baja se encuentra la suspensión de todas las operaciones no urgentes, lo que permite usar algunos quirófanos para ser ocupados por nuevos ingresos.  El centro hospitalario aumentó en octubre el número de camas, en siete, y de respiradores, en diez, en la UCI al contar con 21 camas con respirador, necesario para pacientes con coronavirus. 

Las autoridades sanitarias están muy preocupadas por los últimos brotes en la Vega Baja. Como publicó INFORMACIÓN, un informe interno de la Conselleria de Sanidad calificaba esta semana como "tremendamente preocupante" y "nada alentadora" la gráfica en "diente de sierra" que muestran los datos de crecimiento de casos de coronavirus en el departamento de salud de Orihuela en las dos últimas semanas. Un registro al alza que ha provocado que entre la semana del 28 de diciembre y el 3 de enero buena parte de los 17 municipios integrados en este área superen los 600 casos por cien mil habitantes acumulados. Es el caso de Orihuela ciudad o, la cifra más elevada, Callosa de Segura, donde la tasa alcanza más de mil positivos por cien mil habitantes, lo que deja este departamento, de nuevo, en un nivel alto de alerta que ya obligó a llevar a cabo restricciones en noviembre pasado. El alcalde de Callosa, Manuel Martínez, ha llegado a pedir por escrito el confinamiento de su municipio al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, aunque aún no ha obtenido respuesta.

Por tanto, era previsible la presión asistencial tanto en planta como en la UCI que iba a tener el Hospital Vega Baja tras las Navidades, en vista de los malos datos de incidencia en el área de salud.