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Hoy es martes en Orihuela

Gracias

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Los Módulos cantaban aquello de «Todo tiene su fin», tema versionado, excelentemente por cierto, por El Barrio y Medina Azahara. La verdad es que cuando todo se acaba, cuando la cosa llega a su fin, a uno se le hace un nudo en la garganta, porque han sido muchos años -casi cinco y medio- acudiendo a la cita todos los martes para contaros, a mi manera, cosas y casos de Uryula (Orihuela, nunca Origuela) o de nuestra querida Vega Baja. Por eso hoy, fiel a la cita, vuelvo a estar con vosotros pero con la respiración entrecortada y la idea de daros las gracias. Gracias a aquellos que cada semana habéis actuado como el combustible que me ha dado la energía para seguir escribiendo. La verdad es que ha sido muy divertido, aunque también me he tenido que estrujar la sesera para no defraudaros.

¡Tengo que daros las gracias a todos!. Desde la Princesa -Mónica Lorente- hasta Cómodo -Emilio Bascuñana-, pasando por Bad Boy -Pedro Mancebo-, el barriguero Joaninasi -Juan Ignacio López-Bas- (lo de barriguero es porque pertenece a esa fila de la comparsa Moros Almohabenos de la que yo formo parte), Shrek -Monserrate Guillén- (porque es grande y verde), el doc Gallud -Manolo Gallud-, Dámaso Aparicio -presidente local del PP-, Pepita Ferrando, la brujita buena -Antonia Moreno-, Carolina Gracia, Sir Bob Houliston, el ínclito Luis Galiano, Anthony Sapata, Emilio Zaplana, Máximo -Rafa Almagro-, el ecológico Miguel Ángel -Cánovas- o el chiguito Aix (vicealcalde), sin olvidarme, no puedo cometer ese error, del alcalde covero de Rafal, Manuel Pineda. Me dejo en el tintero a mucha gente, y por eso les pido disculpas.

Lo mismo que doy las gracias a toda esta gente, también les tengo que pedir perdón por si en alguna de mis tribunas he sido demasiado ácido, pero es que algunos personajes han dado mucho juego, fueren del partido que fueren, por ejemplo la reyerta dialéctica y gestual de Bascuñana y Pineda peleando por la titularidad de una calle. Otros han pasado con más pena que gloria por la casona del marquesado de Arneva/Esquina del Pavo, sede del Ayuntamiento de Orihuela, y apenas si han tenido protagonismo. No puedo olvidar a dos grandes personajes de la vida cultural y social oriolana, los curas Satorre y Egea; ¡grandes personas!. Ni a los presidentes del Rotary Club de Orihuela, a quienes agradezco que se hayan interesado por la conservación del patrimonio cultural y monumental de la ciudad y que, claro está, me hayan informado para poder escribir sobre ello.

A estas alturas, y después de tanto dar las gracias y pedir disculpas, ya habréis imaginado que me estoy despidiendo. ¡Sí!. Motivos personales me llevan a colgar la pluma, en este caso a desconectar/desenchufar el PC. Antes de hacerlo, quiero que estas líneas sirvan para agradecer a todos los lectores la consideración que me han dispensado durante estos cinco años y medio últimos. Me llevo conmigo el orgullo de que una ciudadana inglesa, residente en la Vega Baja, me escribiera agradeciendo el lenguaje vegabajero que muchas veces he utilizado porque, según me decía, le ha servido para conocer mejor a la gente de la comarca a través de su forma de hablar.

No puedo pasar por alto a la gente del Diario Información, sobre todo a Manolo Alarcón, que fue quien me «fichó» y me dio la oportunidad de acercarme a vosotros cada semana, a David Pamies y a Rubén Míguez. ¡Cuánto follón no les habré dado para que la tribuna saliera los martes!. Por cierto, creo que nunca he contado el porqué del título. En Orihuela había una empresa textil, Drapé-Cotí, que se abastecía de telas en Cataluña. Cuentan que un «viajante» llamó a la fábrica anunciando que iría para concretar pedidos, a lo que su interlocutor la dijo: «no vengas mañana, que es martes en Orihuela». El representante textil, extrañado, respondió: «aquí mañana también es martes», a lo que el oficinista sentenció: «si, pero en Orihuela, los martes, hay mercao y no atendemos a nadie». Lo dicho, gracias a todos y hasta siempre. Un abrazo.

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