El concepto de provisionalidad no es el mismo en el Ayuntamiento de Torrevieja que en otras administraciones. El cartel que anuncia el Museo del Mar y de la Sal asegura que su emplazamiento es «provisional»: lleva así 26 años. Provisionalidad que le ha costado al municipio en torno de 800.000 euros en alquileres -el local también acoge oficinas y el departamento de riesgos laborales-.

El museo recoge la exposición museográfica más autóctona con la que cuenta la ciudad. Su abigarrada muestra etnológica -el local tampoco da para más- es el mejor reflejo de las raíces de Torrevieja. El alquiler se prolongan durante el mismo tiempo que las propuestas para construir un museo definitivo -digno de la historia local- planteado en las Eras de la Sal primero, en el puerto, el nuevo edificio del Museo de la Semana Santa, que sigue cerrado, y de vuelta ahora en las Eras de la Sal.