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Museo de San Fulgencio: 14 años cerrado y abandonado, con piezas desaparecidas y usado de almacén

u Cultura amenaza con retirar su condición al Arqueológico al detectar graves deficiencias en una inspección. El Consistorio proyecta reabrir el edificio, que acogió enseres y hasta a una cabra

El Museo Arqueológico de San Fulgencio, cerrado, ubicado en pleno centro del municipio y sin actividad desde hace 14 años. |

El Museo Arqueológico de San Fulgencio podría perder su condición de museo, quedar fuera del circuito de la Generalitat y que su estatus quede relegado al de centro museístico. El técnico de la Conselleria de Cultura que realizó una reciente inspección no podía dar crédito a lo que vio: un museo cerrado, con piezas arqueológicas en cajas de cartón y sin tan siquiera un proyecto museográfico, tras haber servido durante casi dos décadas más como almacén. Y así lo ha reflejado en un demoledor informe en el que destaca que «no desarrolla con normalidad ninguna de las funciones que todo museo reconocido del Sistema Valenciano de Museos tiene que cumplir».

Así, enumera las graves deficiencias en materia de conservación, catalogación, exhibición ordenada, investigación y didáctica de los fondos propios (de las excavaciones en los yacimientos del municipio que datan de entre los siglos VI y II a.C.) y los cedidos por el Museo Arqueológico Provincial de Alicante (MARQ).

La lamentable situación del museo, ubicado en una de las localidades de la provincia con mayor riqueza arqueológica por sus importantes yacimientos íberos como La Escuera y El Oral, no es nueva. Se abrió en 1995, pero el edificio lleva ya 14 años cerrado y los diferentes gobiernos municipales en ese tiempo no han movido un dedo para poner en valor este patrimonio de un a localidad de apenas 8.000 habitantes. A pesar de su tamaño, cuenta entre su personal municipal con una arqueóloga, encargada también del museo.

El informe de Cultura comunica «desfavorablemente» la situación del museo y propone retirarle el reconocimiento oficial con su exclusión exprés del Sistema Valenciano de Museos aunque, según el gobierno local de PSOE y Cs, «nos han dado una prórroga», asegura el edil de Cultura, David Vives. El concejal explica que «nos hemos comprometido a solucionar las deficiencias» a través de sendos proyectos de rehabilitación del edificio y de musealización, aprobados en diciembre por 18.000 euros. «En cuanto estén, los ejecutaremos lo antes posible para reabrir el museo», con una inversión que estima entre 50.000 y 70.000 euros. También prevé adquirir equipos para mantener una temperatura y humedad adecuadas, que no hay.

Para la oposición, el gobierno local reacciona condicionado por la amenaza de Cultura de retirarle su condición de museo. Los ediles del Partido Independiente por las Nacionalidades (PIPN), Charo Mejías y Alfredo Contreras, dicen que «se escudan en que cuando entraron ya había unos presupuestos aprobados, pero llevan casi dos años gobernando y tampoco han puesto partida para el museo; les vienen las prisas cuando se recibe el informe». El PIPN pidió explicaciones en el pleno «y no hay informes de las catas arqueológicas, ni de la desaparición de tres piezas cedidas por el MARQ al museo, no sabemos a qué se ha dedicado la arqueóloga estos años». Se refieren a la pérdida de una punta de lanza, una fíbula anular hispánica y una campanilla, de las que no se sabe nada desde 2003. La Diputación las reclamó en 2007, pero su paradero sigue siendo un misterio.

Cultura señala esta pérdida en su informe, además de movimientos de fondos sin control documental, unas instalaciones sin la debida seguridad y conservación (hay humedades en el tejado que agravó la DANA) y la carencia de personal. Por ello, reclama que los fondos se depositen en el MARQ y se le remita el inventario de piezas halladas en los yacimientos.

En estos años, el museo ha sido usado como almacén de todo tipo de materiales y enseres e, incluso, para encerrar animales como perros y hasta una cabra, como advirtió la arqueóloga en un informe en 2011, adjuntando fotos de los excrementos junto a la colección museística. «Del museo ha tenido llaves todo el mundo», lamenta el edil de Cultura.

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