El Obispado de Orihuela-Alicante adoptará medidas urgentes en la iglesia de San Agustín, la mayor de Orihuela aunque cerrada desde 1987, para evitar más desprendimientos como los que se produjeron la pasada semana durante el temporal de viento. La caída de cascotes a la vía pública, muy transitada y con un colegio, obligó al Ayuntamiento a cortar la calle y así continúa días después por el peligro de que haya más desprendimientos. El Obispado, responsable del templo que se encuentra en semirruina, va a instalar en unos días una red de protección en la parte superior del campanario que irá fijada con un cable de acero. Su instalación, según explican desde el Obispado, estaba prevista desde antes de Navidades, aunque aún no se ha instalado.

La intención del Obispado es llevar a cabo la rehabilitación del inmueble, del siglo XVIII, cuya falta de conservación ha provocado derrumbes y daños en su ornamentación barroca en los más de 30 años que lleva cerrado y su inclusión en la Lista Roja del Patrimonio en 2008. Para ello, encargó un sondeo y un estudio geotécnico para comprobar el estado del subsuelo, que aún no ha finalizado. «Se están haciendo acciones para mantener el edificio y rehabilitarlo», insisten desde el Obispado para tratar de contestar a las críticas por su supuesta inacción en el templo, que está protegido como Bien de Interés Cultural (BIC).

En 2009 se vino abajo parte del techo de la sacristía y su torre está torcida. De hecho, otra de las medidas urgentes que está adoptando el Obispado son las mediciones topográficas para corroborar que no ha sufrido mayor inclinación. Desde que se cerró en 1987, sólo en 2012 se actuó en su cúpula para evitar que se cayera debido a la vegetación que crecía sin control y a la gran cantidad de kilos de excrementos de aves que se acumulaban encima, lo que generó un peligroso sobrepeso que a deformó la estructura. También se colocaron testigos en la torre.

Viandantes pasan frente a la Iglesia de San Agustín TONY SEVILLA

A raíz de los desprendimientos, desde la Concejalía de Urbanismo se dio instrucciones para que un técnico municipal visite la Iglesia y emita un informe con la situación. Desde Patrimonio, el edil Rafael Almagro envió al Obispado el escrito que remitió hace cuatro meses la Asociación de Padres y Madres del Colegio Jesús María San Agustín, contiguo al templo, y donde alertaban del peligro que corrían los escolares y los padres al tener que esperar bajo la iglesia la entrada y salida en turnos por la crisis sanitaria. En el escrito, se muestran «intranquilos» ante la posible caída de cascotes y recordaban al Ayuntamiento su ordenanza de inspección técnica de edificaciones, sin que haya hecho mucho caso hasta ahora, una vez que los cascotes han caído, afortunadamente sin daños personales.

Sin embargo, lo que más llama la atención es la contestación que a ese escrito da el obispo Jesús Murgui quien, además de instar al consistorio a tomar medidas en la vía pública, insiste en «la voluntad diocesana» de aplicar una solución que es el acuerdo alcanzado en 2019 entre el Ayuntamiento de Orihuela y el Obispado para permutar las parcelas municipales ocupadas desde 1999 por instalaciones deportivas de dos centros religiosos, el Colegio Diocesano Santo Domingo y el Colegio Oratorio Festivo, por la iglesia de San Agustín, que pasaría a ser de titularidad municipal. Ni su socio de gobierno, Cs, ni los partidos de la oposición apoyaron la permuta, que se rechazó en el caso de la modificación presupuestaria que llevaba adherida. El obispo señala que esa solución "pueda ser positiva para otras dos instituciones docentes que sirven también a ciudadanos de Orihuela, Oratorio Festivo de San Miguel, también con otro tipo de riesgo, y Colegio Santo Domingo" e insta a "acelerar el camino propuesto" para "cuanto antes solucionar de modo duradero el asunto que nos plantean en el mencionado documento". A favor de ello, dice Jesús Murgui en el escrito, "sabe que cuentan con la Diócesis, siempre sensible y comprometida".

Calle San Agustín cerrada al tráfico TONY SEVILLA

El acuerdo alcanzado entre el Ayuntamiento de Orihuela y el Obispado entonces para permutar las parcelas municipales ocupadas por los colegios religiosos, por la iglesia de San Agustín, en un estado lamentable desde hace más de tres décadas, suponía que el consistorio entregaba a la Diócesis los terrenos de Santo Domingo (que se valoraron en 549.518 euros) por la iglesia de San Agustín (valorada en 623.415 euros).La diferencia a favor del Obispado se resolvería con el pago de 42.716 euros en efectivo mediante una modificación presupuestaria (que solo apoyaban entonces algunos ediles del PP) y con la cesión por parte del Consistorio de cuatro viviendas en la calle Subida a San Miguel por un valor de 31.180 euros en las que las tasó el arquitecto externo que ha hecho la valoración, a pesar de que esas casas no existen desde hace 15 años y son cuatro terrenos ocupados por el Colegio Oratorio Festivo.

Críticas del PSOE

Desde el PSOE lamentan que el Ayuntamiento de Orihuela «haya sido tan laxo con la Diócesis de Orihuela- Alicante en cuanto a la situación tan decadente y peligrosa que muestra el templo», señala la edil Carolina Gracia. «Tras la DANA y el temporal Gloria no se les ha requerido hasta finales de 2020 como titulares del inmueble ningún documento o informe en el que acrediten el estado real así como las actuaciones que sean necesarias para su conservación», dice Gracia, que pide al Obispado que «deje de echar balones fuera». Gracia recuerda que desde 2018 se aprobó en pleno a instancias de su grupo la constitución de una comisión en la que al menos con la participación de la Consellería de Cultura y la Diócesis desde el Ayuntamiento se estudiasen y coordinasen alternativas o actuaciones para la rehabilitación “sin embargo esta comisión no se constituyó jamás, lo único que hizo el PP fue plantear en su intento de permuta que el Ayuntamiento asumiese la propiedad del inmueble”. Gracia critica que con estos escritos se demoren las actuaciones. “A todos los propietarios de viviendas afectadas por los temporales se les ha exigido su reparación para la seguridad de todos y ellos no tienen por qué recibir un trato distinto o de favor”, manifestó a este diario. La socialista insiste que “al final, entre la actitud de cada una de las partes lo que queda claro es que no tienen interés alguno en rehabilitar este edificio, el ayuntamiento desde 2015 no ha invertido apenas en nuestro patrimonio y la iglesia prefiere recordar al Ayuntamiento cuales son sus responsabilidades tapando su falta de inversión en los inmuebles de los que ostenta la titularidad”.

Los cascotes cayeron desde la torre TONY SEVILLA

La Agencia Antifraude investiga esta permuta desde marzo de 2019, como publicó en su día este diario, tras la denuncia de la entonces edil no adscrita Carmen Gutiérrez, que fue aportando documentación. Gutiérrez expuso en su denuncia a Antifraude que el valor catastral del terreno de Santo Domingo es de 1.128.065 euros al tratarse de parcelas urbanas «donde se pueden construir hasta 50 viviendas y si aplicamos el coeficiente aprobado por la Conselleria de Hacienda para determinar el valor a efectos tributarios sería de 3.677.491 euros, muy lejos de los 549.000 en los que se ha valorado para permutarlos por la iglesia de San Agustín», denunciaba en marzo de 2019. «Se trata de un acuerdo lesivo para los intereses de los oriolanos porque la valoración la hace un arquitecto externo cuando tenemos hasta tres habilitados nacionales que podrían haberlo hecho y no hay informe de fiscalización», explicó la entonces edil no adscrita.

El mal estado de la Iglesia de San Agustín poco tiene que ver con el esplendor que lució durante años, desde que se fundara en 1390 y se terminara de construir en 1750 como una reedificación de la antigua iglesia que existía en el mismo lugar. Su fachada nunca se terminó y el terremoto que asoló la comarca en 1829 causó daños en sus torres. Su interior alberga un rico patrimonio, como uno de los escasos órganos barrocos anteriores a 1700 que se conservan. Un rico patrimonio que puede desaparecer si no se actúa con urgencia.

Zona donde cayeron cascotes la pasada semana, aún algunos en la acera TONY SEVILLA