El obispo de la Diócesis de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, ha admitido en un comunicado que se vacunó el pasado 8 de enero en la Casa Sacerdotal de Alicante. El prelado, tras la polémica surgida tras desvelarse su vacunación, justifica el haberse puesto la primera dosis de Pfizer en que lo hizo junto a los sacerdotes vinculados con la Casa Sacerdotal que, señala, se encuentra próxima a la residencia episcopal y comparten servicio médico. Según el comunicado del obispado, que firma el Vicario General Vicente Martínez, Jesús Murgui "no ha buscado ningún trato de favor sanitario, sino que ha cumplido el protocolo prescrito, como en las demás situaciones sanitarias que ha vivido".

La vacunación del prelado se produjo el 8 de enero, y Sanidad ha confirmado que ese mismo día fueron vacunados los sacerdotes de la Casa Sacerdotal, que recibieron la primera dosis de la vacuna. Murgui, que cumplirá 75 años en abril, como se encarga de recordar el comunicado, señala que siempre se ha vacunado junto a los sacerdotes en campañas como la anual de la gripe. Según la Diócesis, desde el año 2007, en que se inauguró el Obispado y la residencia episcopal, el obispo diocesano "ha estado vinculado sanitariamente a la Casa Sacerdotal por la proximidad entre ambos edificios". Desde el Obispado señalan a INFORMACIÓN que el obispo tiene su residencia habitual en Alicante, en el palacio episcopal, que se sitúa muy cerca de la Casa Sacerdotal que dispone de hogar para sacerdotes de la Diócesis y cuenta con una planta especial para los sacerdotes asistidos, jubilados, además de tener capilla, sala de reuniones, salón de actos, piscina y parking exterior para coches.

En estos momentos el obispo no había sido incluido en la lista de vacunados de manera irregular que ha elaborado Sanidad, por lo que debe ser ahora Salud Pública la que pida explicaciones al departamento del Hospital General de Alicante para conocer por qué se le administró la dosis y determinar si se hizo cuando no le tocaba.

Fuentes de la Diócesis de Orihuela-Alicante han asegurado a este medio que el obispo Jesús Murgui no ha recibido la segunda dosis de la vacuna, necesaria para conseguir la inmunización.

Sanidad ha abierto una investigación para aclarar si es uno de los casos de vacunaciones irregulares e indican que la clave es saber si el obispo vive de manera habitual en la Casa Sacerdotal, donde hay curas mayores y con enfermedades que, a priori, sí que les sitúa en los grupos prioritarios para su vacunación.

Brote y confinado

A finales de enero se detectó un brote de coronavirus, precisamente, en la Casa Sacerdotal que mantuvo a los 35 curas residentes confinados. Cinco sacerdotes, entre ellos el obispo emérito de la diócesis de Orihuela-Alicante, Rafael Palmero, tuvieron que ser hospitalizados y un total de 17 de ellos dieron positivo en las pruebas PCR realizadas tras identificar el foco de contagio. Sanidad había suministrado la vacuna a todos los convivientes el viernes día 8 de enero, y el 29 de ese mes estaba previsto que recibieran la segunda dosis. El Obispado señala en el comunicado en el que admite la vacunación del obispo, que ante la sospecha de coronavirus en dichas instalaciones, "el señor Obispo fue convocado con todos los demás a hacerse una prueba PCR y ha estado confinado el tiempo que se ha señalado, como el resto de sacerdotes, siguiendo los protocolos sanitarios".

El caso de Murgui se une al del obispo del obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, que ha provocado un gran revuelo al vacunarse irregularmente al no ser usuario de más de 80 años de ninguna residencia, que marcaba el protocolo en las Islas Baleares, y que incluso ya se ha administrado la segunda dosis de Pfizer, tras ponerse la primera el 5 de enero. Se da la circunstancia de que Jesús Murgui fue también obispo de Mallorca entre los años 2003 y 2012.