El actual modelo urbano turístico residencial de Torrevieja no da más de sí. Esa fórmula de crecimiento mantenida los últimos 40 años a base de consumo masivo de suelo que ha multiplicado las urbanizaciones de chaletitos y bungalós con vocación de vivienda vacacional por la periferia de la ciudad, ya no tiene futuro.

Diagnóstico

Es el diagnóstico que realiza el profesor de Urbanismo y Ordenación del Territorio de la Universidad de Sevilla Pedro Górgolas Martín, en el resumen ejecutivo sobre Urbanismo que ha encargado el propio Ayuntamiento de Torrevieja a la Universidad de Alicante (UA), en el marco de la Estrategia de Desarrollo Turístico de Torrevieja.

Estudio

Un estudio donde se pone en cuestión «la competitividad económica de modelos alojativos como el de Torrevieja, con porcentajes elevadísimos en plazas residenciales» y apuesta por transformar las urbanizaciones de la periferia y sus conexiones con el centro urbano para mejorar el modelo de ciudad y revitalizar el municipio como destino turístico. Descentralizando servicios que ahora solo se encuentran en el centro de la ciudad y terminando con la disgregación urbana con la conexión real entre centro y periferia a través de lo que denomina «infraestructura verde», incorporando naturaleza como el elemento que ofrezca la posibilidad de un espacio continuo y ordenado de las distintas zonas urbanas del municipio.

Análisis

El análisis sobre lo que se ha hecho en la ciudad es demoledor para este modelo turístico residencial del que Torrevieja ha hecho bandera convirtiéndose en lo que es, y en lo que los expertos llaman «una máquina de crecimiento». Para este profesor de la Universidad de Sevilla hablar de urbanismo en Torrevieja es hablar de medio siglo consumiendo territorio, un crecimiento desmedido cifrado en 2.000 hectáreas -casi 10 veces la superficie actual del casco urbano (263 hectáreas)- basado en la suburbanización, que se centra en el alojamiento turístico de segunda vivienda vacacional -177.942 plazas de alojamiento-, «orillando a la irrelevancia el producto hotelero» con unas escasas 2.215 plazas: la relación es de 80 plazas residenciales/plaza hotelera.

Un modelo basado en el consumo masivo y constante de suelo que para el profesor Górgolas «nace hipotecado al encontrarse obligado a asumir la herencia recibida del desorden urbanístico de décadas pasadas, causante de una periferia residencial desvertebrada, fragmentada y salpicada por el territorio sin lógica aparente -más allá del beneficio económico-, en la que se aprecia una preocupante carencia en materia de infraestructuras, niveles de urbanización, cobertura dotacional y diversidad socio-funcional».

El resultado es un territorio «depredado» con el único empeño de acoger un masivo contingente de turistas estacionales que, con el paso del tiempo, ha dado lugar a zonas residenciales que arrastran serios condicionantes.

Difícil reversión

La escasez de dotaciones en muchas de estas grandes áreas periféricas obliga a recurrir al transporte motorizado privado para los desplazamientos, con el consiguiente aumento del volumen de circulación, despilfarro energético, mayor presión sobre el medio natural y una considerable pérdida de calidad de vida.

Aunque esta «hipoteca territorial» sea de «difícil reversión» para el profesor Górgolas, infraestructuras y dotaciones son la clave para convertir esas urbanizaciones turísticas sin relación entre sí ni relación con el centro, en parte integrada en la ciudad.

El futuro del urbanismo en Torrevieja pasa por «convertir en ciudad las actuales urbanizaciones turísticas» al objeto de incrementar su atractivo a través de un proceso de «intensificación urbana» que mitigue los efectos negativos causados por su infrautilización en temporada baja.

Frente a la estacionalidad, ausencia de servicios en las áreas residenciales, bajo desarrollo de la oferta complementaria, bajo gasto turístico del «turismo cautivo» y los fuertes impactos ambientales que provoca este tipo de turismo, el informe apuesta por transformar la periferia residencial de Torrevieja.

Al igual que han recomendado los principales expertos en gestión urbanística del país desde hace 15 años, en este informe también se insiste en que Torrevieja aborde de una vez por todas la revisión del PGOU local, vigente desde 1986 con la elaboración de un Plan General Estructural -cuya revisión está propuesta y pendiente de adjudicar por el actual equipo de gobierno con las ofertas realizadas desde hace casi cuatro años- y planes pormenorizados para abordar situaciones específicas renovación urbana en el casco urbano y los residenciales.

Dotaciones y servicios públicos para las «urbas»

Entre las propuestas del informe se cita enriquecer la oferta complementaria de desarrollando otros segmentos turísticos como el Turismo de Salud, Congresos, Gastronómico, Espacios Naturales o el Deporte de Alto Rendimiento, favorecer un «residencialismo cualificado» a través de acciones representativas como la creación de centros de investigación, mejora generalizada de las infraestructuras culturales, fortalecimiento de la dotación de alojamiento turístico reglado para revertir el dominio exclusivo de la oferta residencial, y conseguir un papel de liderazgo en materia de servicios comerciales y de ocio en la comarca.