Dicen que lo último que se pierde es la esperanza. Pero no ha sido así para el Palmeral de Orihuela, que ha tenido que lamentar la pérdida de un ejemplar de palmera monumental llamado, precisamente, «La Esperanza». El Ayuntamiento la taló el pasado lunes por la mañana tras certificar su muerte. El ejemplar datilero, de 17 metros de altura, fue trasplantado en el interior del Palmeral hace poco más de un año, a finales de 2019. La Concejalía de Medio Ambiente decidió entonces el traslado desde su ubicación original, en la avenida Doctor García Rogel, junto a la rotonda de San Antón, hasta un lugar menos transitado, no muy lejos de allí y dentro del propio Palmeral, porque la DANA de septiembre de 2019 había hecho merma en su base y comenzó a inclinarse peligrosamente. A pesar de que el pasado verano la propia Concejalía de Medio Ambiente celebraba el éxito de su trasplante porque «su yema terminal está viva e incluso conserva verde el verticilo de hojas», decía entonces, pocos meses después, a finales del pasado año, solo podía certificar su muerte.

Orihuela tala una palmera monumental tras gastar 3.000 € en su trasplante

El consistorio había contratado a una empresa, externa «con amplia experiencia» explicaron entonces, para el trasplante y cuidado del valioso ejemplar, como su seguimiento, mantenimiento o riego. En estos trabajos la Concejalía de Medio Ambiente ha gastado más de 3.000 euros, con el objetivo de salvar a «La Esperanza». Pero todo ha sido en vano.

El edil de Medio Ambiente, Dámaso Aparicio, explicó que la planta, con número 4.912 en el inventario municipal del Palmeral, no soportó «el calor asfixiante del pasado verano, y a finales de año se certificó su muerte». Tras pedir autorización a la Generalitat, por tratarse de una palmera monumental, y por tanto con una protección especial, esta autorizó al Ayuntamiento su tala ya que el ejemplar había muerto. Su trasplante se acometió fuera de las fechas óptimas de conservación, en invierno de 2019 (lo ideal es hacerlo en primavera), pero Aparicio decidió su reubicación «porque consideré que había que darle una segunda oportunidad, y lo volveré a hacer siempre que pueda salvar a una palmera», insistió Aparicio, quien aseguró que «para mí, ha sido una gran pérdida». El plan director prevé la plantación de 3.000 palmeras en este espacio en 10 años.

El edil asegura que «la hemos cuidado lo mejor posible y me quedo con el buen sabor de boca de haberlo intentado y con el malo de que no haya prosperado», indicó. Sin embargo, colectivos conservacionistas critican que la Concejalía de Medio Ambiente «vendiera como un éxito un trasplante, que aplaudimos, pero que no se realizó de la mejor manera». La Asociación de Amigos del Castillo denuncia que «hemos visto como estos meses la palmera presentaba un deficitario estado de salud por falta de mantenimiento». Esta asociación asegura que el Palmeral se enfrenta a su mayor peligro, el picudo rojo, «que está descontrolado», y critica que «no se están tomando las medidas adecuadas y este espacio va camino de desaparecer».