La Conselleria de Educación anunció en una comparecencia pública junto al alcalde de Torrevieja en febrero pasado, que la construcción del Colegio Público Amanecer se licitaría este mes de abril. Y ha cumplido. Ahora sí, después de 17 años de promesas para erradicar uno de los centros públicos que se creó y funciona exclusivamnente en barracones, se da un paso administrativo que no tiene marcha atrás. La licitación es el proceso por el cual se abre el plazo de presentación de ofertas de las empresas interesadas en adjudicarse las obras. El pliego contempla un presupuesto de ejecución de 6,8 millones de euros y un plazo de ejecución de 14 meses.
El centro contará con capacidad para 6 unidades de Infantil, 12 de Primaria y un comedor cpara 360 comensales en dos turnos, además de gimnasio y pistas deportivas, entre otras instalaciones. El nuevo colegio público se ubicará en una parcela de 8.871 metros cuadrados situada entre el Centro de Desarrollo Turístico y el Vivero de Empresas de Torrevieja, junto a la CV-905. La parcela no está urbanizada, pero hace solo unos días el Ayuntamiento de Torrevieja licitó también los trabajos para esa reurbanización que se llevaría a cabo a la par que las obras del centro y que debe garantizar servicios básicos como acerado, alumbrado, colectores de agua y evacuación de pluviales, además de saneamiento y suministro eléctrico. Estas obras cuentan con un presupuesto de medio millón de euros más.
El proceso de adjudicación puede prolongarse durante varios meses, entre la apertura de plicas, la valoración de propuestas técnicas y económicas y la propuesta de la empresa a contratar. El presupuesto por el que se licitan estas obras es equivalente al coste del alquiler de los módulos prefabricados durante estos 17 años.
Los barracones en los que funciona este centro de dos líneas se instalaron en 2004 sobre lo que debería ser una zona verde de la urbanización Mar Azul. Ha sido una constante fuente de problemas. Frío en invierno, lluvia en otoño y primavera con goteras, mucho calor a final y principios de curso y riesgo de desprendimiento de elementos con rachas de viento fuerte.
Fue el recurso "provisional" de la Generalitat ante la falta de previsión municipal y autonómica a la hora de asumir la demanda de los miles de nuevos residentes que llegaron a Torrevieja durante ese periodo. Esa provisionalidad ha afectado a varias generaciones de alumnos que solo han visto barracones durante su primera etapa educativa. A lo largo de este periodo de casi dos décadas las promesas del Consell de inicio de las obras han sido constantes casi desde el primer curso. El centro siempre ha acogido a alumnos que no obtenían plaza en otros colegios públicos el municipio, más demandados por los padres y madres, además de las matrículas que se van incorporando a lo largo del año durante el curso escolar -muy numerosas en Torrevieja-. Durante la crisis económica se especuló incluso con la posibilidad de extinguir el centro por falta de una demanda de plazas escolares que la ciudad ha vuelto a recuperar en los últimos años.
Los incumplimientos han sido tan habituales como los anuncios de "construcción inminente". Cuando la administración autonómica y la local ya tenían previsto un solar en Villa Amalia para la ejecución del centro, la Generalitat lo descartó por su elevado riesgo de inundabilidad en episodios de lluvias: el municipio propuso la parcela con peor ubicación y menos valor inmobiliario del sector, junto a la carretera N-332.
