Tras 16, 18 o 20 horas seguidas de pie, un médico que esté de guardia 24 horas en las urgencias del Hospital Vega Baja tiene que descansar en un somier rodeado de paredes con humedades. Mejor no lo tiene el facultativo de guardia en algunos centros de salud de la comarca, como el de Callosa de Segura, donde tendrá que buscar un hueco en una minúscula sala en la que se apilan colchones y somieres y, con suerte, puede llevarse uno para echar una pequeña cabezada en el suelo. Son las lamentables condiciones de los lugares de descanso de los profesionales sanitarios en algunos centros públicos de la Vega Baja. Así lo denuncian los propios facultativos a través del Sindicato Médico, que se ha hecho eco de sus quejas. «Esta es la consideración que se les tiene a los profesionales y la forma de cuidar a su personal», lamenta el médico José Manuel Peris, que también es vocal del Sindicato Médico.
«Un médico que trabaje en mejores condiciones, asegura una mejor y más segura atención a los pacientes; por el contrario, un deterioro en las condiciones de trabajo puede llevar a inseguridad en la atención», advierte Peris dirigiéndose a los responsables del Departamento de Salud y también a la Conselleria de Sanidad para que tomen medidas. «Desconocemos si los gestores son conocedores de estos hechos, o porque no les interesa o porque ellos no hacen guardias, pero estos problemas los deberían conocer y defender a sus profesionales y lo podríamos calificar de dejadez, desconsideración con sus trabajadores y desinterés por sus condiciones de trabajo», denuncia este médico.
En el centro de salud de Callosa de Segura, en las guardias, llegan a concurrir hasta siete personas en turnos de 24 horas seguidas trabajando. Los lugares de descanso son dos pequeñísimas habitaciones de, aproximadamente, 6 metros cuadrados, donde se apilan colchones y somieres, impidiendo incluso el acceso a los servicios de limpieza para el aseo de dichos habitáculos. Los médicos, si tienen un rato para descansar en los momentos de menor afluencia asistencial, tienen que buscar una consulta vacía o incluso tirarse en el suelo con un colchón. En el caso de Callosa, José Manuel Peris explica que ha pedido al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales que revise si supone un peligro el tener los colchones y somieres apilados unos con otros, y descansar en esas pequeñísimas salas con todos esos muebles. «Estoy a la espera de que lo vean», indica.
En el Hospital Vega Baja, en Orihuela, las habitaciones para los facultativos del servicio de urgencias tienen signos evidentes de deterioro, con humedades y paredes desconchadas, además de camas y somieres poco confortables «que nunca usaríamos en nuestras casas», se queja Peris. Los médicos también se quejan de que se habiliten en el centro hospitalario habitaciones al lado de los pacientes, en las plantas superiores, para el descanso de los facultativos durante las guardias. En el sótano hay varias estancias para los profesionales sanitarios, viejas y con mucha humedad. «Médicos que han empezado una guardia a las 8 de la mañana, quizá a las 2 de la madrugada, cuando baja la carga asistencial, pueden acostarse un rato para descansar, y lo que se encuentra son unas condiciones muy poco adecuadas», critica este profesional, quien pide «unas camas, somieres y habitáculos decentes».
Desde el Sindicato Médico aseguran que llevan tiempo denunciando «este problema crónico» y «decimos alto y claro que los profesionales se han entregado durante la pandemia, han dado todo y más, se han presentado, incluso, voluntarios para las vacunaciones masivas en horario extra, pero cuando están de guardia, no tienen un lugar de descanso digno». En el Departamento de Salud de Orihuela, además de en el hospital, hay guardias en los centros de salud de Callosa, Orihuela, Almoradí, Albatera, Bigastro y Dolores, donde cuentan con espacios para el descanso de los médicos en mejores y peores condiciones. «Otros colectivos que trabajan a turnos de 24 horas, como los bomberos y policías, no están así», exclaman.