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¿Es el atún rojo una nueva plaga para el Mediterráneo?

Pese a la alerta de las cofradías de la Comunidad Valenciana, la población de este túnido solo es capaz de predar el 3% de boquerón. Científicos y conservacionistas señalan que la población de esta apreciada especie de túnido ha crecido gracias a las rigurosas restricciones fijadas hace quince años pero advierten que solo podría autorizarse una redistribución de cuotas para una pesca sostenible

El atún rojo es una especie característica del Mediterráneo. | F. SÁNCHEZ VILLAREJO

¿Es el atún rojo una nueva plaga para el Mediterráneo? No. Y no haría falta decir nada más. Pese a las alertas de las cofradías de pescadores, el atún rojo está lejos de convertirse en una plaga en las costas de la provincia de Alicante. Después de quince años de rigurosas restricciones de pesca y cuotas para evitar su sobrepesca, la población se ha salvado de la extinción en el Mediterráneo pero su presencia actual en las aguas del litoral de Alicante dista mucho todavía de ser la de antaño. Y mucho menos, haberse convertido en «plaga». La sensación de que las poblaciones se están recuperando, avalada también por los datos, se deja notar en los cada vez más frecuentes avistamientos de grupos alimentándose cerca de la costa. A veces se confunden con delfines, ya que los atunes adultos pueden llegar a pesar hasta 700 kilos.

Raúl García Rodríguez, coordinador de Pesquerías de WWF/ Adena en España, explica que la población de atún rojo, especie que se extiende por el Mediterráneo pero también por otras zonas del planeta desde el Atlántico al Ártico, ha mejorado en los últimos años, incluso que ese crecimiento se podría considerar «espectacular» en algunas zonas. Pero lejos todavía de la biomasa de esta especie que había en los años 70, referencia para los expertos y momento en el que despegó la pesca industrial. La población no ha llegado a recuperarse desde ese momento y su pesca depende de un sistema de cuotas global gestionado por cada país. En el mundo se pueden capturar 36.000 toneladas de atún rojo al año en una cantidad regulada a través de un acuerdo internacional que no se va a revisar en dos años. España tiene adjudicadas 6.000. La mayor parte está gestionada por apenas media docena de grandes empresas de engorde- la más grande es murciana-. García sí cree que la legislación europea da margen para que pronto sea la flota artesanal, que es la que todavía trabaja en las costas de la Comunidad, laque pueda desarrollar una pesca sostenible de atunes rojos, con una redistribución de esa cuota.

Fue la Comisión Interfederativa de Cofradías de Pescadores de la Comunidad Valenciana (Coincopesca) la que empleó el término de «plaga» en referencia al atún rojo al considerarlo responsable de la disminución de capturas de boquerón y sardina, principales especies por volumen de capturas para las flotas cerqueras de esta zona del Mediterráneo. Con ese argumento reclamaban incrementar las cuotas de captura de atún, reducidas a la faena de embarcaciones de artes menores y apenas significativas en la Comunidad Valenciana. El atún rojo es una especie de alto valor comercial, desde luego mucho más que la modesta sardina y el boquerón, por lo que de esta petición de las cofradías se desprende más el indudable interés económico de explotación de una especie altamente rentable como el atún, que el afán por reducir el supuesto impacto ambiental de una plaga. La situación sí permitiría un discreto aumento de cuotas a través de una reclamación conjunta de las cofradías y la flota artesanal con una pesca sostenible.

En este sentido, Pedro García, director de Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE) recuerda algunos datos. Para que un atún engorde un kilo hacen falta del orden de veinte de boquerón o sardina. ¿Y quienes suministran ese alimento a las granjas de engorde? Los cerqueros de la flota artesanal. El aumento de atunes rojos también tiene causas ambientales. Su predador natural, el tiburón, está desapareciendo sometido a una brutal sobreexplotación que está acabando con tiburones blancos y marrajos.

«Entiendo a los pescadores cuando abren un atún y lo encuentran lleno de gamba roja o de boquerón», señala, por su parte, García Rodríguez. Pero la investigaciones son claras y señalan que la actual población atunes rojos solo es capaz predar el 3% de boquerón. Y el hábitat marino todo es muy relativo. Los alevines de atún también son presa de medusas y de los propios boquerones.

Los conservacionistas, que reconocen que las cuotas están funcionando y se cumplen en España de una forma escrupulosa -no así en países como Marruecos - consideran que no se puede pasar de «un extremo a otro». De una especie que estuvo en peligro de extinción en 2005 a a levantar todas las restricciones sobre su captura.

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