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Orihuela coloca trampas biológicas en las pinadas para frenar la plaga de procesionaria

La intención es capturar el mayor número de machos para evitar las puestas de estos lepidópteros

Una de las trampas puestas en los pinos para atrapar a los machos de la procesionaria.

Las mariposas de la procesionaria del pino están a punto de emerger de sus crisálidas en esta época del año. Por este motivo la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Orihuela, a través de la empresa concesionaria del servicio Compañía Tratamiento de Levante S.L., ha colocado esta semana, en distintas pinadas del municipio, 25 trampas de feromonas capaces de atrapar a los machos de esta especie. Las trampas se han colocado en zonas estratégicas donde ha sido detectado un mayor número de incidencias de orugas entre los meses de enero-febrero. Capturando a los machos se consigue que la probabilidad de encuentros con las hembras se reduzca y por tanto haya menos puestas y menos bolsones en el futuro. Este método de control biológico no utiliza productos químicos nocivos y estará operativo entre junio y septiembre. De manera periódica se irán revisando las trampas para el conteo de las capturas realizadas por cada una de ellas. De los resultados obtenidos se puede obtener un gráfico con la curva de vuelo de la especie que puede indicar el momento más adecuado para iniciar los tratamientos fitosanitarios en otoño. El pasado mes de diciembre se realizó el tratamiento contra la oruga procesionaria del pino en todo el término municipal mediante pulverización de producto biológico.  

La procesionaria del pino es un lepidóptero que constituye la plaga defoliadora más importante de los pinares mediterráneos. Esta produce dos tipos de daño: por un lado, ataca a los árboles provocando la defoliación de los pinos y una disminución en su crecimiento, consigue debilitarlos y los hace proclives para el ataque de otras plagas, llegando incluso a secarse y, por otro lado, provocan reacciones urticantes en personas y animales, produciendo irritación en la piel, ojos y nariz, provocando en ocasiones reacciones alérgicas graves, lo que constituye un riesgo para la salud en áreas urbanas y recreativas.

En este sentido, el concejal de Medio Ambiente Dámaso Aparicio ha indicado que “continuamos trabajando para conseguir controlar estas plagas, tanto la de la procesionaria como la de los mosquitos que tan molestos son para la población, de la mano de la empresa adjudicataria en los planes de control tanto preventivo como paliativo”. Aparicio ha criticado el reparto en la convocatoria de subvenciones del Consell porque “no es de recibo que una ciudad como Orihuela invierta unos 70.000 euros al año en la lucha contra los mosquitos y, sin embargo, reciba una subvención de alrededor de 600 euros”.

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