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Bascuñana acusa a Cs de imponer condiciones con «irregularidades» para votar el presupuesto

El alcalde apunta a la modificación del catálogo de puestos de trabajo como principal escollo entre los socios de gobierno para llegar a un acuerdo - La próxima semana el gobierno local dará luz verde a remanentes para iniciar proyectos de Edusi

El alcalde Emilio Bascuñana (PP) se dirige al portavoz de Cs José Aix en una rueda de prensa. |

PP y Cs siguen sin ponerse de acuerdo en Orihuela para aprobar los presupuestos de 2021 tras el fallido intento de los populares el pasado año para aprobar las partidas por el rechazo de su socio de gobierno. El alcalde del municipio, el popular Emilio Bascuñana, acusa a Cs de querer imponer condiciones «que no se pueden aceptar» porque conllevarían «a hacer irregularidades». Así lo manifestó el regidor oriolano este jueves en una entrevista en Radio Orihuela Cadena SER donde, no obstante, matizó que los presupuestos para este año «están prácticamente consensuados, a falta de flecos y detalles fácilmente salvables», aunque puso de manifiesto que «aquí hay quien está poniendo, nuevamente, sobre la mesa -en referencia a su socio de gobierno Cs- condiciones que no se pueden salvar porque no tienen informes jurídicos favorables», aseguró Bascuñana.

El alcalde oriolano apunta que esas «irregularidades» están en la modificación del catálogo de puestos de trabajo que pretende aprobar Cs pero que, señala Bascuñana, no cuentan con informes técnicos ni administrativos favorables, por lo que es el principal escollo entre los socios de gobierno para llegar a un acuerdo. Fue una de las principales diferencias que llevó a Cs a rechazar en noviembre el proyecto de presupuesto para 2020 que llevó el PP a la junta de gobierno. «No tenía aceptación por parte de nadie», aseguró este jueves el regidor, quien abogó por aprobar la Relación de Puestos de Trabajo (RPT) «completa», de la que carece el Consistorio, «y todo lo que entre dentro de la norma, lo negociaremos políticamente».

La formación naranja defendió el pasado año su desaprobación al proyecto de presupuestos del PP porque mantenía que no respondía a las necesidades de la ciudad sino «a la voluntad política del Partido Popular» y votó en contra, en una junta de gobierno extraordinaria, del documento que ascendía a 82 millones de euros. Las diferencias entre ambos socios de gobierno se mantienen e impiden, de momento, sacar adelante un presupuesto que necesita el municipio, ya que el vigente lleva prorrogado desde 2018.

Emilio Bascuñana señaló en esa entrevista que «yo llevaré, con gusto, los presupuestos que necesita Orihuela, pero si me ponen como condición aprobar cosas con informes desfavorables, pues no, seguiremos sin ellos», aunque dijo «confiar» en que este escenario de confrontación «se solucione pronto» y se aventuró a decir que «no descartaría cerrar acuerdos -con Cs- esta semana» y «dar paso a formalidades y a recabar todos los informes necesarios» para poder llevar a pleno unos presupuestos consensuados por ambos grupos, dado que necesitan de los votos favorables de los ediles de las dos formaciones para salir adelante. «La actitud y voluntad, tanto de PP como de Cs, es la de sacar los presupuestos adelante», sostuvo el regidor, a pesar de lo dicho anteriormente con respecto a las condiciones que pone su socio de gobierno.

Pleno extraordinario

La falta de presupuesto obliga al gobierno local a tirar de créditos extraordinarios y de remanentes para poder pagar deudas o sacar adelante algunos proyectos. Es el caso de los incluidos en la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible e Integrado (Edusi), cofinanciados por la Unión Europea, cuyo plazo de ejecución ha apremiado al gobierno presidido por Emilio Bascuñana a convocar un pleno extraordinario el próximo miércoles 14 de julio para aprobar la asignación de parte de los remanentes a unos proyectos «que no pueden esperar más». Así, citó como proyectos a realizar con esos fondos «que corren prisa» las rehabilitaciones del Palacio de Rubalcava, de la antigua Caja de Ahorros de Monserrate, del Centro Cultural Miguel Hernández y de los antiguos juzgados, que se destinarán a dependencias municipales, entre otras actuaciones «para convertir a Orihuela en una ciudad inteligente, ‘smart city’, y reurbanizar el casco histórico».

Quedarán pendientes otros remanentes «cuando tengamos los apoyos necesarios», dijo el regidor oriolano, para atender «necesidades de la Costa y las pedanías». «Hay quien quiere jugar a retrasar la ejecución de determinados proyectos y a poner en riesgo la situación de estabilidad del Ayuntamiento», zanjó Emilio Bascuñana, sin citar al destinatario de su mensaje.

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