Julio. Siete de la mañana. Playa del Cura. Es uno de esos videos que cualquiera hace con su móvil, se cuelgan en redes sociales y a las pocas horas ya cuenta con miles de reproducciones. Es uno de esos videos, sí, otro año más, del verano en Torrevieja. Las imágenes hay que contextualizarlas. La playa del Cura es la más céntrica del municipio y con 375 metros y una anchura máxima de 27, que saben a poco, la más pequeña y masificada durante todo el día. Es tiempo además de restricciones sanitarias y el espacio hay que limpiarlo, acondicionarlo y acotarlo cada jornada para su uso. Hay personal de salvamento y primeros auxilios contratados, controladores covid de la Generalitat, más controladores covid contratados por el municipio... no en vano se jacta el Ayuntamiento torrevejense en calificarla como “una de las playas más seguras de España”, y si es por metro cuadrado seguro que sí.

Contextualizado el video, volvamos al comienzo de esta historia. Julio. Siete de la mañana. Playa del Cura. Cientos de personas con sus pertrechos playeros de quita y pon, hacen cola pacientemente sobre el paseo esperando a que se “abra” la playa al público una vez delimitadas las parcelas con una cuadrícula de cuerdas.Y cuando se da el pistoletazo de salida... la gente que toma al asalto la playa. Carreras, prisas por llegar a las posiciones más cercanas a la orilla (las más demandadas por cierto). Unos que no pueden esperar a acceder por las pasarelas de madera y saltan desde arriba. Otros que van a trompicones arrastrando como pueden los carritos con las silletas, la sombrilla y todo lo que se tercia para pasar el día. Otros que se colocan las cuerdas de las parcelas a su gusto ganándole quizás unos centímetros más de arena al vecino (menos espabilado)…Mucho público pensionista, entre 65 y 70 de media. De ese que tiene todo el tiempo del mundo, pero parece como si no lo tuviera. De ese que hace de la playa gratis su principal seña de identidad. De los que se apropian de un espacio para todos porque “pagan su casa en Torrevieja”. Las imágenes lo dicen todo.

Es el comienzo de un día cualquiera de vacaciones en Torrevieja, meca del turismo residencial donde el turismo siempre vuelve verano tras verano porque es residencial. Es tiempo de restricciones, sí. Luego las colas continúan durante la mañana en cualquier supermercado, en la puerta de los bancos, en las paradas de autobús, y en la tarde noche en las terrazas de las heladerías, en las pizzerías, en los restaurantes del centro de la ciudad o en modo atasco de tráfico, en los accesos al aparcamiento del Puerto. Es otro verano más. Y como en otros veranos la ciudad de Torrevieja es de nuevo promocionada a su pesar con los “likes” de videos que están en los antípodas de la imagen publicitaria del municipio con la laguna rosa de sol y sal, calas solitarias o los senderos de eucaliptos del Parque Natural.