El Sindicato Médico de la Comunidad Valenciana (CESM) denunció ayer la falta de medios personales y materiales para asumir la gran presión asistencial que está sufriendo el Hospital Universitario de Torrevieja desde la segunda semana de julio y, en especial, este fin de semana, pese a la baja prevalencia de casos covid -cuatro ingresados-. A primera hora del domingo había en el área de Observación de Urgencias 31 enfermos pendientes de ingreso. Algunos de ellos permanecen 30 horas de espera para subir a planta, mientras las 34 camas de Observación están ocupadas y algunos de los 22 boxes del servicio de Urgencias, que también están cubiertos durante toda la jornada, están siendo empleados a su vez como estancia previa al ingreso en planta. Entre los pacientes que esperaban una cama en planta se encontraban algunos graves: dos con hematoma subdural, cardíacos monitorizados, y pacientes con sepsis.
Esta situación de saturación se produce sin que, afortunadamente, la llegada de hospitalizaciones por covid haya sufrido mucha variación al alza, pese a los dos grandes brotes del virus en zonas de ocio que ha registrado la ciudad. En estos momentos hay cuatro ingresos covid, cifra equiparable a las registradas en periodos en los que la epidemia estaba en niveles de incidencia mínimos en el área sanitaria de Torrevieja.
Algunos enfermos graves superaban las 30 horas en Observación sin lograr habitación
El mismo sindicato médico advirtió a la gerencia del centro hospitalario hace más de una semana que era necesaria la apertura de la mayor parte de las habitaciones en el ala Este de la segunda planta del centro. En esa zona del Hospital solo se emplean cinco habitaciones pediátricas de las más de 35 disponibles en ese sector del hospital. Este sector del hospital ha sido, desde que se puso en marcha el centro en 2006, el que ha asumido con bastante eficacia las puntas de presión asistencial tanto por patologías respiratorias en invierno como por la derivada de la gran concentración de población estacional en julio y agosto. Pero este verano no se ha habilitado para ser el «colchón» que evite situaciones de «embudo» como la producida ahora, insostenibles en Urgencias.
Las mismas fuentes explicaron que la puerta de Urgencias está recibiendo del orden de 300 urgencias diarias, dando de alta a unos 250 pacientes, unas cifras que doblan a las que se registran en invierno. Son en torno a medio centenar de pacientes los que necesitan permanecer en boxes unas horas mientras se realizan pruebas exploratorias y analíticas, y en Observación, un paso intermedio al ingreso y en menor proporción al alta. Ingreso en Observación es vivido con especial dureza por los familiares del paciente porque no está permitido el acompañamiento y solo se informa una vez al día sobre la situación del enfermo.
Esa apertura de camas exige también el refuerzo de personal con la puesta en marcha de un control de enfermería. El sindicato señala que además de retrasar la decisión de reapertura de esa zona -que a falta de personal externo se suele hacer retirando enfermeros y auxiliares de otros servicios-, el Hospital ha sufrido este verano la marcha de varios profesionales residentes que han encontrado mejores condiciones en hospitales de la Región de Murcia. «La retribución que ofrece la dirección es similar a la de otros hospitales. Pero las condiciones labores son bastante peores y ante la falta de refuerzos los médicos de Urgencias han aplazado sus vacaciones a cambio de un pequeño incentivo para realizar un autorrefuerzo», señalan.
