El Ayuntamiento de Orihuela prometió hace un mes modificar la ordenanza de los mercadillos para hacer compatible los horarios de instalación de los puestos con las quejas vecinales por ruidos. Pero a efectos administrativos de consulta previa no ha dado a conocer el nuevo texto. Una denuncia vecinal por los ruidos, que derivó en una queja al Síndic de Greuges, hizo que la Policía Local actuara el pasado 29 de junio para hacer cumplir la ordenanza vigente, que señala que el horario de apertura del zoco es a las 9 y el montaje desde una hora y media antes. Pero los vendedores se instalan mucho antes y esta vez se encontraron con el impedimento de la Policía Local que les impidió el paso a la calle hasta las 7.30 horas. Todos los comerciantes ambulantes en bloque decidieron paralizar la instalación de los puesto y reclamaron poder instalar antes.
El Ayuntamiento no podía obviar esta movilización. El sector del comercio ambulante es vital para el abastecimiento comercial en Orihuela. Pero tampoco la queja de los vecinos -en este caso una vecina que lleva años reclamando una solución al ruido de madrugada-. En su informe ante la queja vecinal al Síndic el intendente de la Policía admite que desde hace años se dan problemas por estos horarios porque no diferencian entre invierno y verano, ni si se ubica en Orihuela Ciudad, Orihuela Costa o pedanías.
El mismo día de la protesta el Ayuntamiento se apresuró a publicar en la consulta previa de la nueva ordenanza y prometió que se aplicaría en 4 meses. Se habría perdido uno: el enlace en el tablón de la web municipal solo aparecía el epígrafe, no el texto. Está vacío. El PSOE pidió ayer conocer «si ese anuncio publicado el mismo día en el que los mercaderes estaban en la puerta del Ayuntamiento es válido para dar por cumplido el trámite de consulta previa a la aprobación del documento». Los socialistas creen que «en ese anuncio debía de ir el documento sobre el que la ciudadanía pueda hacer aportaciones y esperamos que esto no suponga otro retraso en este asunto que podría haber sido evitable a todas luces, ya que la queja que ha provocado esta situación se había dirigido varias veces y años atrás al Ayuntamiento, sin obtener, eso sí, contestación».
