No es la primera vez que vecinos de Orihuela Costa se echan a la calle para lamentar el que consideran como abandono por parte de un gobierno que está a treinta kilómetros. Ni será la última. Más de doscientos vecinos de Orihuela Costa han protagonizado este jueves una protesta con cacerolada para reivindicar al Ayuntamiento que cubra los servicios públicos mínimos y dote de algunas infraestructuras básicas de las que carece esta zona del litoral oriolano, en la que residen 30.000 vecinos de forma permanente y el triple durante los meses de verano.
La concentración la ha convocado la Asociación Orihuela Costa en Acción (AVOCA) y ha sido secundada por otros 11 colectivos y asociaciones vecinales más. Coincidía con la celebración del pleno ordinario y con ella han querido expresar su "hartazgo e indignación" con una larga lista de problemas sin resolver desde hace años y el agravio, que aseguran, se produce entre una zona del término municipal que recibe mucho menos de lo que aporta al presupuesto municipal.
La concentración ha tenido que modificar su ubicación inicial de la sede del Ayuntamiento oriolano en Playa Flamenca a la plaza de Cala La Mosca por indicación de la Policía Local, al realizar los convocantes una previsión de asistencia mayor de la que inicialmente habían indicado de cien personas -y que al final se ha doblado-. El cambio ha sido notificado a última hora por lo que la mayoría de los convocados han aparecido en la sede del Ayuntamiento aunque han sido escoltados después por la Policía Local hasta el nuevo emplazamiento.
Tomás Moreno, presidente de AVOCA, ha dado lectura a un manifiesto en el que ha asegurado que los vecinos de Orihuela Costa, a juicio de los convocantes," llevan muchos años sufriendo los mismos problemas, pero cada vez de más gravedad" y en verano "las deficiencias se agravan aún más y afectan no solo a los residentes sino también al turismo que nos visita, y que corremos el riesgo de perder como consecuencia de la situación que padecemos".
El lema de la concentración más repetido esta jueves ha sido "Basta ya" y "Queremos servicios, pagamos impuestos", acompañado de pancartas en las que se denunciaba el "abandono" del litoral y alguna alusión a la segregación del resto de Orihuela.
Las principales críticas se han dirigido contra el alcalde Emilio Bascuñana al que hoy los vecinos acusaban de aparecer por Orihuela Costa "solo para hacerse la foto" y al que atribuyen la ausencia de una biblioteca municipal y un centro cultural que permita "contar con un lugar de encuentro donde reunirse asociaciones, jóvenes, jubilados, y otros colectivos para desarrollar una serie de aficiones y actos culturales". La principal zona de encuentro social y a veces cultural, aunque por iniciativa privada, es el centro comercial de La Zenia.
Un abandono que también es simbólico porque aunque las actividades culturales y de otras concejalías se han incrementado en los últimos años, por ejemplo, nadie recuerda en el litoral si en alguna ocasión el Ayuntamiento ha llegado a desplazar una sesión plenaria a Orihuela Costa -desde que comenzó la pandemia siguen siendo telemáticos-.
También le recriminan a Bascuñana la falta de resolución de un asunto especialmente polémico. Y es que tras más de 12 años y, "a pesar de sus reiterados compromisos incumplidos, el desdoblamiento peatonal del puente sobre la AP7 sigue sin hacerse, condenando a los vecinos de Lomas de Cabo Roig a jugarse la vida cruzando el puente cada día".
Las asociaciones han vuelto a reprochar al primer edil que en los últimos años el Ayuntamiento oriolano haya ingresado más de 20 millones de euros por la venta de parcelas de la costa pero no "hayan servido para mejorar y renovar nuestras obsoletas infraestructuras" en la Costa, mientras que el pleno acaba de aprobar una inversión de 10 millones de euros con los fondos EDUSI de la Unión Europea destinados exclusivamente a proyectos en Orihuela Ciudad.
Han recordado los colectivos vecinales que si se lleva a cabo la construcción de las más de 2.000 viviendas en Cala Mosca, "nuestras infraestructuras serán aún más insuficientes que en la actualidad, si no lo remedian actuando urgentemente, porque de los más de 20 millones de remanentes, no se haya destinado todavía un solo euro a la costa".
Con su cacerolada los vecinos han reprochado al concejal Dámaso Aparicio su "hartazgo e indignación" por el estado que, en su opinión, presentan las calles "sucias, con el pavimento impregnado de lixiviados y contenedores viejos y rotos, con basura alrededor". También la presencia de podas y enseres que "permanecen semanas en las calles, pendientes de recogida, como consecuencia de las deficiencias del servicio, la falta de un ecoparque, el incivismo ciudadano y la falta de control policial".
En el mismo tono, se han expresado sobre la gestión del concejal Ángel Noguera por la falta de mantenimiento de los viales público por " las enormes matas de broza y malas hierbas que hay en nuestras calles y las palmeras sin podar", las deficiencias en la red de alumbrado público obsoleta que pide a gritos una renovación, las "inundaciones recurrentes que sufrimos por no poner en marcha con más agilidad el Plan de Pluviales o la falta de reparación, a pesar del tiempo transcurrido, de los acantilados de la costa, que sufren derrumbes en muchas zonas, por falta de mantenimiento, siendo el máximo exponente el socavón de La Caleta, con casi 2 años de antigüedad y que amenaza con colapsar parte del paseo. Al concejal de Seguridad, Antonio Sánchez le han recriminado la falta de efectivos policiales, "insuficientes, a todas luces, ante la ola de robos que sufrimos en las casas y en los vehículos aparcados en la calle, la ausencia, a su juicio, "de control y sanciones de las conductas incívicas y episodios de vandalismo o "las graves carencias de algunas rotondas fuera de estándares y de la señalización horizontal y vertical, que suponen un grave riesgo para la seguridad vial".
También han cuestionado la falta de un transporte público "mínimamente aceptable, que conecte todas las urbanizaciones de la costa con el centro de salud y hospital: y a las urbanizaciones con las playas" o la ausencia de un fomento de una actividad económica distinta al turismo residencial, con la creación, por ejemplo, de un polígono industrial, "que serviría de complemento al modelo actual".
Además de los vecinos, muchos de ellos de origen británico, ha acudido un nutrido grupo de miembros del Partido de Orihuela Costa (Claro).
También se han dejado ver militantes de Vox en esta zona del municipìo acompañados por el diputado nacional de esta formación, el oriolano de La Murada, Manuel Mestre.
