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La Riá

Os esperamos

Iglesia PArroquial de Santiago Apóstol Gaspar Poveda

Hace casi cuatro siglos y cuarto, el filósofo inglés Francis Bacon, en sus «Ensayos sobre moral y política» acuñó un aforismo que actualmente tal vez podría considerarse por algunos como políticamente incorrecto, el cual vamos a referir con todo respeto hacia la persona que se cita, atendiendo a la interpretación que podríamos dar a dicha sentencia breve. En concreto, aquel célebre político y canciller, nos venía a decir: «si la montaña no viene a Mahoma, Mahoma irá a la montaña», que nos ayudaría a ver en ella, a modo de consejo, que cuando tenemos intención de llevar adelante un proyecto de nuestro interés, no debemos esperar a que llegue a buen puerto por sí solo. Ello podríamos aplicarlo a muchas iniciativas sociales y económicas, entre ellas a la potenciación del turismo.

Pero, con respecto a esto último, me viene a mi memoria algunas líneas que escribí hace ya once lustros, y que por algunas circunstancias que vamos a recordar quedaron manuscritas y casi olvidadas.

Situémonos en el 19 de febrero de 1966, en que se publicaba en Orihuela «El candil», como una iniciativa de un grupo de jóvenes inquietos, bajo la dirección de Antonio Bernabé Pertusa y con el patrocinio de la Oficina de Información del Turismo que tenía su domicilio social en la Glorieta de Gabriel Miró de nuestra ciudad, ocupando un edificio efímero existente en uno de los jardines y que había sido sede de una entidad bancaria en la Feria Exposición de Fibras Agrotextiles del Sureste Español. En aquella fecha, llegó al público el número cero de esa publicación que se abría con una entrevista al alcalde Luis Cartagena Soriano. Al mes siguiente, el 15 de marzo, próximas las Semana Santa y la Fiesta del Azahar, veía la luz el número 1 al precio de 5 pesetas, en el que entre otros artículos y entrevistas aparecía la que se le realizó a Emilio Bregante Palazón, como presidente de la Junta Mayor de Cofradías y Hermandades, el cual daba cuenta de la situación que estaba pasando nuestra Semana Mayor. Hasta aquí todo se fue desarrollando con normalidad y se preveía la publicación del siguiente ejemplar, en el que quise participar aportando un artículo que llevaba como título «Consigna» y ya tenía manuscrito otro para el número tres que se encabezaría como «Una industria llamada turismo». Ahora bien, aquel segundo ejemplar no salió a la calle, quedando por tanto sin publicar mi artículo aunque lo había entregado al equipo de redacción. El manuscrito del siguiente quedó guardado sin pasarlo a máquina, y en él hacía una reflexión sobre el bajo nivel que tenía la incidencia del turismo en nuestra ciudad en esos momentos, a pesar de todo lo que Orihuela podía ofrecer con su patrimonio histórico y artístico. Lamentaba que, probablemente influyera la carencia de alojamientos y la poca preocupación por no hacer suficiente propaganda. Al final concluía diciendo: «lo importante es esto, ya que el turismo parece ser que no viene aquí, ir nosotros a por el turismo. Esto ocurriría una, dos, tres veces, a la cuarta serían ellos mismos los propagandistas, de las múltiples riquezas de esta tierra a las que todos queremos».

Desde que redacté estas frases han transcurrido cincuenta y cinco años y han existido desde entonces muchas iniciativas al respecto que han podido ayudar como la Exposición «La Luz de las Imágenes». Ahora viene a sumarse una nueva que estimo que puede potenciar la llegada de visitantes a nuestra ciudad.

Hace tres días se publicaba en este mismo diario una noticia a raíz del convenio firmado el pasado mes de febrero entre el Ayuntamiento oriolano y RENFE, por el que se establecía la posibilidad de crear paquetes vacacionales, incluyendo desplazamiento en tren y otros servicios, aprovechando la parada en nuestra ciudad del AVE y los trenes de larga distancia. Así, esta iniciativa pasaba a ser una realidad, tal como informaba la concejala de Turismo Mariola Rocamora Gisbert y, desde Madrid, Cuenca, Albacete y otras poblaciones a solo dos horas y media de la primera de ellas, se podría acercar a «Mahoma a la montaña». Yo no sé lo que pensarían, aunque puedo figurármelo, de esta posibilidad para llegar a Orihuela desde la Villa y Corte aquellos viajeros del siglo XVIII, como Townsend o Twiss, o los de la siguiente centuria como Henry D. Inglis, Hoskins o Cook Widdrimgton, sin sufrir las incomodidades de caminos polvorientos y el traqueteo en galeras o a lomos de un equino. Lo cierto es que, todo avanza y la llegada y parada del AVE puede favorecer la aproximación de visitantes a nuestra ciudad. Ahora hay que intentar acercar a aquellos que arriban cruzando el Mediterráneo. Así: os esperamos.

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