El Consejo Escolar del IES Tháder de Orihuela ha denunciado que el centro vive "una situación angustiosa" por graves deficiencias y "precariedad" en sus instalaciones.
Pendientes de una ampliación desde hace 22 años, durante ese tiempo el alumnado ha estado en barracones y con escasez de aseos, se han suprimido la biblioteca y los laboratorios y se han perdido los departamentos y las aulas de desdoble.
Este curso, han afirmado, la situación aún es peor: "Sin gimnasio y sin apenas patio ni pistas deportivas", además de tener "una obra parcialmente paralizada por 'problemas técnicos' que se suceden y prolongan sin límite en el tiempo".
Según el Consejo Escolar, no hay una gestión responsable y eficiente que afronte estas necesidades "con determinación".
Por eso, se preguntan si el alcalde, Emilio Bascuñana, y los concejales Rafael Almagro, Sabina Goretti y José Aix son conscientes de que el "hacinamiento" que padecen, "aparte de su indignidad intrínseca, es permanente fuente de conflictos y deterioro de la convivencia".
Señalan a estos ediles porque el pasado 27 de abril acudieron al centro educativo a "anunciar ufanamente la adjudicación de la obra, el fin de un problema histórico y el uso de las nuevas instalaciones a pleno rendimiento en el mes de septiembre -septiembre del 2021 se entiende-", han explicado en un comunicado.
"Nos preguntamos si, más allá de las buenas palabras y las reiteradas declaraciones de que 'se están dejando la piel', en algún momento van a tomarse en serio a nuestra comunidad educativa y van a trabajar con diligencia y eficacia para sacarnos del marasmo en el que han convertido nuestro centro", han añadido.
En este sentido, han recordado que han transcurrido cuatro años desde que se puso en marcha el plan Edificant, en el que la Conselleria de Educación aporta la inversión y delega la gestión de la obra en el Ayuntamiento: "No hay excusa posible que justifique el calvario que cada día supone estudiar y trabajar en estas condiciones", han concluido.
