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El Consell aplaza la aprobación del documento urbanístico clave de la Vega Baja en busca de consenso

El proyecto que limita el crecimiento y reordena el modelo de los 27 municipios lleva pendiente de exposición pública desde hace cinco meses - Eliminan otros dos puntos negros de la CV-95

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Mejoras en la CV-95 en el tramo de San Miguel de Salinas Tony Sevilla

El Plan de Acción Territorial de la Vega Baja (PAT), el documento marco que tiene que ordenar urbanísticamente la comarca y que se anunció hace casi cuatro años, está enroscado en busca de consenso. El proyecto, de rango superior a los planes generales urbanísticos de los ayuntamientos, pretende reorientar el modelo y fijar los límites al crecimiento para los 27 municipios de la comarca. Pese a que en su presentación en junio el conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Arcadi España, dijo que pasaría a exposición pública en unas semanas, ayer manifestó a INFORMACIÓN que aún falta para que llegue a esa fase: «Está muy avanzado. En los próximos meses lo someteremos a exposición pública».

Además, explicó que «es un plan fundamental para ordenar el urbanismo desde un punto de vista supramunicipal. En la comarca de la Vega Baja todos son conscientes -más después de las lecciones que hemos aprendido de la DANA- de que la visión urbanística tiene que ser supramunicipal», porque, continuó, «los ayuntamientos no son islas que no tienen que comunicarse en materia de urbanismo». Ese desarrollo ordenado y comunicado es lo que pretende la Conselleria con el PAT, «y de la mano de todos los ayuntamientos».

Por eso, recalcó que han mantenido «muchas reuniones con todos los alcaldes para ir afinando ese plan territorial que hemos negociado, que saldrá a exposición pública en los próximos meses y que después continuaremos negociando». En este sentido, insistió en que «los planes de acción territorial solo funcionan si tienen un amplio grado de consenso. En eso estamos trabajando». Sin duda, los principales caballos de batalla son las presiones y los obstáculos no solo por parte de las constructoras sino también de los ayuntamientos que tienen en la actividad de la construcción de vivienda turística su principal motor económico.

Previamente, el conseller presidió la constitución de la comisión de seguimiento de las ayudas del Gobierno valenciano a los municipios de la comarca, que se celebró en Orihuela y que pretende «un diálogo permanente». Así, destacó el papel que desempeña el plan Vega Renhace, cuyo director, Antonio Alonso, preocupado por que se dilaten los tiempos, sostuvo que trabaja para que «las inversiones y la cercanía del Consell con la Vega Baja sean continuas». «La Generalitat está volcada con la Vega Baja por la intensidad con la que sufrió el fenómeno de la DANA que la asoló -y que requiere el esfuerzo y la solidaridad del Consell- y por un déficit de inversiones a lo largo de muchos años», continuó España. Para «corregir y compensar» esta deuda histórica, anunció el abono de 16 millones de euros antes de que acabe el año para sistemas de drenaje y retención de aguas pluviales, unas actuaciones que los municipios podrán ejecutar hasta 2023, con el objetivo de que «sean más resilientes y estén más preparados para episodios de lluvias intensas».

Por su parte, el alcalde Emilio Bascuñana, le reclamó «agilidad en la mejora de las infraestructuras», como el Plan de Pluviales de Drenaje Urbano Sostenible del municipio, que asciende a más de 20 millones de euros.

El conseller y alcaldes en la comisión de ayer en Orihuela en el marco del plan Vega Renhace. | INFORMACIÓN

El conseller también visitó las mejoras en la CV-95, "con gran densidad de tráfico y con unos problemas de seguridad vial", donde la Generalitat ha eliminado dos puntos negros en el tramo de San Miguel de Salinas con una inversión de 1,5 millones de euros. "Se trata de la primera fase de la actuación prevista para pacificar el tráfico y garantizar la seguridad vial de esta carretera esencial para la Vega Baja", subrayó.

Además, especificó que las siguientes fases consistirán en "la ampliación de la capacidad de esta carretera donde sea posible", así como "la adecuación del camino que va a la urbanización Blue lagoon".

En concreto, las obras, que se han realizado en el acceso este a San Miguel, han consistido en la construcción de dos glorietas, que hacen las veces de puertas de entrada de la travesía, y una mediana central a lo largo del tramo delimitado por ambas glorietas. La primera glorieta, de 24 metros de radio interior, está en el acceso este; la segunda, de 20 metros, se sitúa en el lado Torrevieja y sirve de acceso a la urbanización "Balcón del Mediterráneo". Ambas tienen un anillo de dos carriles de 4 metros de anchura.

Con la actuación, además de calmar el tráfico, se han ordenado los accesos de la travesía. También se han habilitado dos paradas de autobús con marquesina, así como ornamentación y alumbrado.

La CV-95, que une Orihuela y Torrevieja, inicia su trazado en la CV-930 o Ronda de Orihuela y traviesa la comarca en dirección noroeste-sureste, enlazando a lo largo de sus 26,40 kilómetros los términos de Orihuela, Bigastro, Jacarilla, San Miguel de Salinas y Torrevieja. Finalmente, tras atravesar la urbanización de Los Balcones de Torrevieja, conecta con la N-332.

Mejoras en la CV-95 en el tramo de San Miguel de Salinas

Mejoras en la CV-95 en el tramo de San Miguel de Salinas Tony Sevilla

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