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Diez millones para reforzar el Hospital Vega Baja y el polígono Puente Alto frente a riadas

Las dos instalaciones, gravemente afectadas en la DANA de 2019, formarán parte de un programa del Ministerio de Transición Ecológica para adaptar edificios a las inundaciones

El polígono Puente Alto, de Orihuela, tras la devastadora DANA sufrida en septiembre de 2019. | TONY SEVILLA

A la fatídica riada de 2019 se le ha puesto nombre y apellido, DANA y resiliencia, por esa capacidad de adaptarse para superar episodios traumáticos. A pesar de que la Vega Baja es una zona inundable, ha tenido una intensa y exponencial ocupación de suelo, con un modelo urbanístico depredador. Esto hace que se eleve la exposición al peligro y, por tanto, aumenten los daños económicos y humanos. «La clave ahora es intentar reducir los riesgos», explica Jorge Olcina, catedrático de Análisis Geográfico Regional de la Universidad de Alicante y comisionado del Plan Vega Renhace. Para ello, Antonio Oliva, que trabaja en la parte técnica de esta hoja de ruta del Consell, está elaborando un informe, aún en borrador, que identifica los edificios más vulnerables en la comarca. Y prevé 10 millones de inversión en dos instalaciones claves.

De momento, indica, se han identificado diez, tanto públicos como privados, polígonos industriales e infraestructuras agrarias. Los prioritarios son el Hospital Vega Baja, «un equipamiento esencial que debe estar en pleno funcionamiento en caso de una emergencia», añade Oliva, y el polígono Puente Alto, del que se recuerda «la imagen dantesca de los coches amontonados» en la DANA de 2019. «Son dos equipamientos altamente expuestos a eventos de crecida del Segura y de la rambla de Abanilla, respectivamente», continúa Olcina.

El primero, en el propio llano indudable del río, quedó incomunicado por carretera durante días y su red de saneamiento se anegó, inundando los pasillos de la planta baja. El segundo, en el área de una rambla que «en su tramo final tiene un trazado muy difuso, en forma de abanico aluvial dirigido hacia el propio cauce del Segura», prosigue Olcina. Unos 200 trabajadores se quedaron atrapados en esta zona industrial donde dos años después aún se palpan los efectos de la DANA.

El Consell, a través del Plan Vega Renhace, ha propuesto mejorar la protección de estas dos edificaciones al Ministerio para la Transición Ecológica, que ha anunciado que invertirá 10 millones de euros. Aunque «aún se está estudiando cómo se llevará a cabo esta inversión», indican fuentes del departamento que dirige Teresa Ribera, se incorporarán en el programa que se puso en marcha el año pasado para adaptar edificios a las inundaciones con el objetivo de minimizar los daños.

Las primeras ayudas se destinaron a varios municipios del Campo de Cartagena, con 3 millones de euros para subvenciones a organismos públicos, empresas y particulares. Ahora ya hay diez proyectos piloto distribuidos por todo el país. El Hospital Vega Baja y el polígono industrial Puente Alto serán los primeros en la Comunidad Valenciana, cuya principal zona de riesgo se encuentra en los municipios que hay alrededor del río Segura. Estos programas, tras un diagnóstico, proponen «alternativas y medidas de autoprotección para reducir o paliar los daños en la instalación, además de un análisis de los costes y beneficios», subrayan las mismas fuentes.

Aumentar la resiliencia

«Es el inicio de una serie de proyectos piloto para incrementar la resiliencia de la población ante las inundaciones», porque Oliva no descarta que se pueda incluir alguno más. El criterio de identificación y selección, insiste, se basa los más vulnerables: colegios, residencias de personas mayores y residencias de personas con discapacidad, así como parques de bomberos e instalaciones de los servicios de Protección Civil.

Concienciación

Se trata de reconducir lo existente, recuperarse e incluso reinventarse. «El Renhace es una apuesta clave para la comarca», recalca Olcina, que añade que «es el último tren que tiene la Vega Baja para su adaptación al cambio climático y la resiliencia frente a eventos extremos, una oportunidad que no se debe desaprovechar». Ni repetir errores pasados. «¿Quién dio el permiso para que eso se instalase donde está? ¿Se hicieron en su día estudios de inundabilidad para otorgar permisos?», se pregunta el catedrático. «Por supuesto que ya no existe responsabilidad por el tiempo transcurrido, pero las administraciones deben concienciarse de que a la hora de tramitar transformaciones de suelo lo primero, en un valle fluvial como es el Segura, es hacer un mapa de zonas potencialmente afectadas, una herramienta fundamental para la ordenación del territorio».

Esta misma semana el pleno municipal de Orihuela aprobaba la cesión de una parcela para un nuevo parque de bomberos, en «unos terrenos con peligrosidad geomorfológica, vinculados al abanico torrencial de la vertiente norte de la Sierra de Orihuela y próximos a la rambla de Abanilla», advierten desde Amigos de los Humedales del Sur de Alicante. No conviene olvidar que «las cartografías de riesgo de inundación regulan usos y salvan vidas», concluye Olcina.

El Plan Renhace se reúne con los juzgados de aguas

Después de un año recorriendo la Vega Baja y de reuniones con representantes de los 27 municipios de la comarca, Antonio Alonso, director del Plan Vega Renhace, ha mantenido un encuentro con el Juzgado de Aguas de Orihuela para revisar las obras contra inundaciones a través de sistemas de drenaje sostenible: «Este es el primero de una ronda de contactos que vamos a tener con los 17 juzgados de aguas, sindicatos y comunidades de regantes, organizaciones que representan a un sector clave de la huerta tradicional».

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