El paisaje de las escasas 30 hectáreas de viñedos sobre el suave perfil de las dunas fósiles con la laguna salada de La Mata es único. Pero el terreno del parque natural cobija todavía otras sorpresas: es el único lugar del mundo en el que sobrevive la variedad de uva esclafacherre, ahora analizada en un estudio de la UMH.

Producción

La producción de vinos de La Mata es conocida históricamente por la elaboración en pequeñas bodegas artesanales de caldos a granel y su reconversión, en los últimos años y a muy pequeña escala, en vinos singulares. Su originalidad radica en las condiciones donde crecen las viñas, un difícil terruño de dunas fósiles que permitieron conservar plantaciones sobre pie franco frente a la filoxera, situado entre la laguna salada de La Mata y el mar. También en el clima semiárido donde crecen las viñas materas, muy ventiladas gracias a las brisas y a los vientos marinos de levante. Los viñedos además se encuentran amparados en la Denominación de Origen Protegida de Alicante, de forma excepcional y como único enclave en la Vega Baja por razones medioambientales. Una protección poco conocida y promocionada.

Pedauyé

Hilarión Pedauyé lidera uno de los últimos intentos por revalorizar la producción de vino del parque natural de las lagunas de Torrevieja y La Mata más allá de la venta tradicional de vino joven durante la Navidad, por ejemplo con botellas como Sopla Levante. Su interés se extiende además al ámbito académico y ha llevado a cabo una investigación (enológica, edafológica y genética) de otra de las peculiaridades de estas viñas que crecen entre lenticos, coscojas y vegetación de saladar: el hecho de que sobrevivan pies de una uva, la esclafacherre, única en el mundo. De ella apenas se conocían características más allá de la elevada acidez de su mosto y su fuerte resistencia a las duras condiciones ambientales en las que crece: tierras semiáridas en las que las precipitaciones no suelen superar al año los 300 litros por metro cuadrado de media -la pluviometría más reducida de la provincia-.

La vendimia en las parcelas junto a la laguna salada de La Mata es una de las más tempranas de la península, ya que se realiza a finales de julio. Áxel Álvarez

La esclafacherre solo se encuentra en el entorno del parque natural, donde tradicionalmente se utilizaba para aumentar la acidez de los vinos elaborados sobre todo a base de uva meseguera. Con apenas unas decenas de pies dispersos en entorno de la laguna, según explica Pedauye en su trabajo de fin máster, se encuentra en peligro de extinción, hasta el punto que la Generalitat plantó una pequeña parcela con este tipo de variedad para preservar material vivo de este patrimonio vinífero. Un reducto de viña que es el que ha utilizado Pedauyé para analizar sus características desde el punto de vista científico.

Alguna referencia histórica de principios del siglo XIX, en tiempos previos a la filoxera, asegura que la esclafacherre se extendía por el resto de la provincia en la huerta alicantina o Monforte del Cid, y por Albaida, Ontinyent y Sagunto en Valencia.

Contenido en azúcar

Es apreciada por su bajo contenido en azúcar pese a estar cultivada en secano, y se caracteriza como una uva blanca de grano grueso y áspero. Para conocer a fondo las cualidades de esta vid, -que ya aportó un perfil genético único en 2017, registrándose como variedad reconocida internacionalmente-, se ha llevado a cabo un proceso de vinificación en las instalaciones de la Escuela Politécnica Superior de Orihuela de la Universidad Miguel Hernández. El investigador y productor recuerda que desde La Mata se llegó a exportar vino a Italia, Francia, Portugal o Alemania, tal y como recogió el historiador oriolano Joseph de Montesinos en 1795, que logró esquivar la plaga de filoxera gracias a sus tierras arenosas, o que en 1933 todavía contaba con 452 hectáreas en producción, muchas de ellas a escasos metros del mar sobre suelos que ahora ocupan urbanizaciones. Hoy quedan 30 con una vendimia y producción que todavía se realiza de forma manual por vecinos de La Mata, aunque sin relevo generacional.

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El estudio subraya que la conservación de variedades minoritarias de vides antiguas que se encuentran en riesgo de desaparición es de gran importancia, sobre todo cuando los productores han de enfrentarse a ciclos de producción más cortos, con vendimias tempranas y pérdida de rendimiento por las altas temperaturas, porque estas variedades como la esclafacherre pueden presentar una mejor adaptación. Pedauyé concluye que apostar por su supervivencia y vinificación puede ser un activo más para la supervivencia del viñedo en La Mata.