Era su día. El de perros, gatos, pájaros, reptiles, conejitos... Era el santo patrón de esos seres que nos acompañan con su alegría, su fidelidad y, por qué no decirlo, con esas manías que, a más de uno de sus dueños, le lleva de cabeza. Y San Antón ahí estuvo, fiel a la tradición de una cita que traslada la protección divina a los animales que comparten su vida con nosotros.

El cura párroco de la iglesia de la Inmaculada Concepción de Torrevieja, Manuel Martínez Rocamora se tuvo que emplear a fondo en el lanzamiento de agua bendita a distancia para que llegara a su objetivo porque las restricciones covid impedían que el hisopo ayer, se acercara a dueños y mascotas para esparcir su bendición.

Perros, gatos e incluso hurones recibieron la bendición del párroco Manuel Martínez Rocamora. | TONY SEVILLA

Aunque la tradición en Torrevieja se limita a la bendición religiosa, muchos vecinos respondieron una vez más a la llamada del santo.

Los que quisieron cumplir con la tradición guardaron cola pacientemente a lo largo de la calle Caballero de Rodas y tras unas palabras recogidas en el libro de bendiciones del cura párroco fueron pasando uno a uno, siempre con el visto bueno de los voluntarios de Protección Civil, por la fachada del templo arciprestal.

Bendición a distancia

Mas de un centenar de animales, sobre todo, perros y gatos, pero también hurones y aves, tan abrigados o más que sus dueños, acudieron a la cita al caer la tarde en la plaza de la Constitución aunque sin el pasacalles que en los últimos años, antes de la pandemia, recorría las proximidades del paseo Vista Alegre y la plaza de la Constitución.

Una escena paralela se vivió en la plaza de Oriente, en el barrio de La Punta, donde también se llevó a cabo la bendición de animales sin necesidad de cerrar la calle y con espacio suficiente en la plaza para atender todas las bendiciones.