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El Colegio de Agrónomos urge frenar la toxicidad que generan los plásticos cancerígenos en el Segura

Los ingenieros señalan que los 6.000 m³ anuales de envases que se acumulan en el cauce y los azarbes se elaboran con aditivos perjudiciales para la salud y reclaman medidas en una alegación al Plan de Cuenca

Retirada de residuos plásticos por parte de voluntarios en un azarbe de riego del Segura. | TONY SEVILLA

El Colegio de Ingenieros Agrónomos de Levante ha instado a la Confederación Hidrográfica del Segura a adoptar soluciones urgentes a la «grave» contaminación por residuos sólidos flotantes, sobre todo envases de plástico, que sufre el cauce del Segura y la red de riego tradicional en la Vega Baja. En especial en su tramo final en Guardamar, pero también a su paso por los cascos urbanos de Orihuela y Rojales. Esa petición la ha realizado el colegio profesional en una amplia batería de alegaciones que ha presentado Plan Hidrológico de Cuenca de Segura centradas en sus propuestas ante la sobreexplotación de acuíferos; la contaminación difusa por nitratos y pesticidas; el control de las zonas regables o las medidas contra futuras DANA. El Plan de Cuenca estuvo en exposición pública hasta finales de diciembre y ha recibido cientos de alegaciones. La CHS quiere validar esta primavera por un periodo de cinco años

El delegado en Alicante del Colegio de Agrónomos (COIAL), José Manuel Carrillo destaca que la contaminación por vertidos de residuos sólidos flotantes en la red de azarbes y acequias de riego tradicional «supone un problema medioambiental grave y persiste que afecta a la calidad de las aguas y al ecosistema y a la salud de las personas», en su alegación sobre este problema ambiental. Y considera que la CHS es la administración que debe adoptar «una posición protagonista» para poner en marcha las medidas para eliminar los residuos flotantes. Medidas como los dispositivos de retención de sólidos que, sin embargo, se plantearon cuando el problema comenzó a tener amplio calado social en 2017 y que solo se han ejecutado de forma parcial y puntual en el cauce en Orihuela, Rojales y la desembocadura.

Los ingenieros agrónomos recuerdan que estos residuos en la Vega Baja no son responsabilidad de los agricultores. Tienen origen urbano e incluso industrial. Una estimación derivada de una investigación de la Universidad Miguel Hernández, avanzado por INFORMACIÓN, cifra en 6.000 m³ anuales la acumulación de sólidos flotantes en el cauce del Segura y azarbes con un 20% procedentes de la Región de Murcia.

Pero el colegio profesional advierte que esta contaminación va más allá de la peligrosa persistencia de los plásticos en el medio ambiente, aguas del río e incluso el mar y las playas de la desembocadura o su enorme impacto paisajístico: subrayan la existencia de aditivos que se añaden al plástico para modificar su textura y color y «muchos de ellos pueden ser cancerígenos al diluirse en las aguas». También señalan los restos de productos que hayan en el interior de los envases que se diluyen en las aguas y que, a su vez, pueden «ser tóxicos y cancerígenos». Estos envases generan problemas medioambientales como el aumento del riesgo de inundaciones en periodos de grandes avenida, la contaminación de las parcelas contiguas a los cauces y de las playas, el estancamiento de las aguas y un impacto negativo en la fauna y la flora, además de un grave impacto visual. Desde el punto de vista económico provocan la pérdida de valor de los productos agroalimentarios y problemas de certificación de agricultura ecológica. También sigue generando conflictos entre las mismas comunidades de regantes, «puesto que están aguas abajo culpan a los de aguas arriba». A los que se añaden los problemas entre administraciones, incluyendo a las comunidades de regantes, ya que la competencia de retirada de residuos «no está correctamente delimitadas».

El Colegio de Agrónomos propone que el Plan de Cuenca recoja una «urgente» actuación coordinada de las tres administraciones implicadas -el Gobierno de España a través de la CHS-, autonómica y local mediante la firma de convenios que establezcan las actuaciones concretas a realizar por cada una de ellas. También urge a implicar a otras administraciones tales como la dirección general del Agua o al Consorcio de Residuos A6 (Consorcio de Basuras de la Vega Baja), para auxiliar en la retirada y tratamiento de los residuos, y también en el coste y financiación del tratamientos de los residuos en las plantas finales.

El aumento de contenedores municipales de recogida de envases ligeros como botellas, bidones de plástico, latas y papel de aluminio, en la vía pública, es otra de las medidas que facilitaría la gestión de estos vertidos. Y lo que no es menos importante la realización «activa por parte del Servicio de Policía de Aguas y Cauces de la CHS de acciones efectivas para localizar a las personas o empresas que realicen los vertidos y sancionarlos», en vez de sancionar a los sindicatos y juzgados de aguas, que fue la práctica de la CHS hasta 2019.

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