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Un nuevo partido se unirá a Claro para avivar la independencia de Orihuela Costa

La formación nace con espíritu reivindicativo y acoge a asociaciones de vecinos para lograr la descentralización de la ciudad y un presupuesto equilibrado en base a lo que aporta el litoral

Protestas vecinales el verano pasado en Explanada Playa Flamenca. | D. PAMIES

La unión hace la fuerza, y en la costa de Orihuela toma impulso. A poco más de un año de las elecciones municipales, lo que en 2019 empezó siendo una plataforma vecinal se está convirtiendo en el Partido para la Independencia de Orihuela Costa (PIOC), que la semana próxima comenzará el trámite para inscribirse en el Ministerio del Interior y así constituirse legalmente. Uno ellos, Román Jiménez, antes presidente de Claro, explica a este diario que el núcleo duro lo forman personas de diferentes nacionalidades, como fiel reflejo de lo cosmopolita que es la gente que reside en el litoral oriolano.

Según los últimos datos a 1 de enero, en el municipio hay 29.550 personas extranjeras, un 35,7% del total, de las que 10.976 (13%) son de Reino Unido, y «la mayoría vive en Orihuela Costa», recalca, al mismo tiempo que añade que «lo positivo del Brexit es que ha obligado a muchos ingleses a empadronarse». Sostiene que hay un movimiento demográfico que va en detrimento de la ciudad: «En pocos años tendremos la misma población. Queremos mantener los lazos, pero en términos de igualdad». Porque, afirma, «la costa genera entre el 50 y el 60% del presupuesto del municipio; sin embargo, solo retorna alrededor de un 15%».

A su juicio, es la única manera de conseguir los servicios tantas veces demandados. Una reivindicación constante es la mejora en infraestructuras. «Basuras, acumulación de enseres, falta de mantenimiento en calles y aceras, un planeamiento urbanístico un tanto rocambolesco y un largo etcétera», enumera. En suma, deficiencias y zonas descuidadas que son motivo de queja, sin olvidar que la gestión de las zonas verdes se está prestando sin contrato desde hace cinco años -lo que ha motivado a Cambiemos a pedir a Fiscalía que investigue posibles irregularidades- y que la contrata de mantenimiento amenaza con abandonar ante los frecuentes impagos. La sensación de abandono generalizado ha hecho que las asociaciones de vecinos sean muy activas en sus denuncias y, a su vez, el descontento se traduce en un caladero de votos. «Por no tener no hay ni plazas ni espacios públicos que aporten estructura de pueblo, como una biblioteca, algo inaudito», comenta Jiménez, que anuncia una lista electoral consensuada entre el PIOC, los colectivos vecinales y Claro, una formación que se constituyó hace 15 años y cuyo presidente actual, Antonio Cerdán, avanza que habrá una reunión a principios de febrero.

«Lo que nos une a todos es la independencia económica», manifiesta Cerdán, que por eso ve factible que «por primera vez vaya toda la costa en una lista conjunta para conseguir voz en el Ayuntamiento», porque «cada vez nos damos más cuenta de que apoyar a los partidos de Orihuela es un contrasentido». Además, «somos los más perjudicados por la pasividad y hasta el bloqueo del equipo de gobierno», prosigue. En su opinión, «hay un cambio de ciclo en cuanto a las segregaciones que se dieron, por ejemplo, en Pilar de la Horadada, pero sí es posible la descentralización administrativa, con recursos humanos y materiales propios, como la gestión de Urbanismo, puesto que aquí está el grueso del asunto, y lograr un montante equilibrado en base a lo que aporta la costa, que no puede seguir por más tiempo cargando con la losa de financiar a todo el municipio». Cansados de promesas incumplidas, el reciente anuncio de un centro cívico lo tacha de propaganda. Las elecciones están a la vuelta de la esquina.

Obras a medias y un centro cívico a punto del colapso

Entre las últimas quejas, vecinos de la urbanización La Regia denuncian que las obras de asfaltado han quedado inconclusas seis meses después de su inicio, pese a que el plazo de ejecución era de cuatro. Una muestra de la carencia de infraestructuras en Orihuela Costa y sus servicios deficientes es para el PIOC el centro cívico Ramón de Campoamor, que, explican, se cerró temporalmente por el covid y no se abrirá porque se está desplomando: «Se construyó en una rambla que se rellenó con arena y se ha erosionado». Lo peor, indican, es que el Ayuntamiento no ha demandado a la constructora y tendrá además que asumir los costes de demolición.

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