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Guerra Rusia-Ucrania

Impotencia, rabia y silencios en las comunidades ucraniana y rusa de Alicante tras el estallido de la guerra

Las importantes comunidades de ucranianos y rusos en la provincia de Alicante siguen con preocupación y perplejidad el estallido de la guerra en Ucrania

Ucranianos y rusos que viven en Torrevieja condenan el ataque de Putin

Ucranianos y rusos que viven en Torrevieja condenan el ataque de Putin D. Pamies

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Ucranianos y rusos que viven en Torrevieja condenan el ataque de Putin Javier Segura

A miles de kilómetros, desde la seguridad que les ofrece Alicante, ucranianos y rusos asisten con impotencia a la escalada bélica en Ucrania. Todos confían en que no rompa la armonía de ambas comunidades en su tierra de acogida.

La comunidad ucraniana en Alicante teme lo peor para su país. No son pocos los residentes procedentes de este país los que viven y trabajan en la provincia de Alicante, a miles de kilómetros de su tierra natal. Pero ayer se despertaron con las imágenes de los bombardeos en distintos puntos de su país. La tensión por el conflicto y el miedo han traspasado fronteras a la velocidad de las noticias, casi a la de un whatsapp. No ha importado que varios vuelos se hayan cancelado, la información directa de los familiares es suficiente para sentir el mismo temor que ellos.

En Torrevieja conviven dos importantes comunidades procedentes de ambos países: 4.484 rusos y 3.203 ucranianos empadronados. Llegaron a la ciudad en dos oleadas en busca de trabajo y de oportunidades de prosperar. Muchos lo hicieron a principios de los noventa, recién disuelta la Unión Soviética, los más lo hicieron con la bonanza económica de la primera mitad de la década de los 2000. 

Unos y otros se expresaban ayer con pesar y con inquietud. La rabia, el enfado y, sobre todo, una gran impotencia eran los sentimientos a flor de piel entre los  ucranianos. Los rusos callaban más comedidos y algunos aseguraban que sentían vergüenza por lo que está ocurriendo con un país que sienten como hermano. En país ajeno no hay tensión. Rusos, ucranianos, bielorrusos, moldavos, kazajos... comparten vida diaria en la ciudad donde se establecieron ya hace varios años: Servicios, negocios, restaurantes, aulas en colegios e institutos. Cualquier IES torrevejense donde comparten estudios alumnos de uno y otro país, era fiel reflejo de lo que pasaba fuera. Alina, de familia ucraniana, compartía su preocupación con sus compañero en el recreo mostrando los vídeos enviados desde allá por sus amigos, mientras en clase el profesor de Historia templaba ánimos explicando con serenidad los motivos del conflicto.

«Y los políticos europeos deberían apoyar a Ucrania, porque hoy es Ucrania y mañana será Europa… Este tipo de personas no se para, va a querer más. Hay que unirse, si no queremos una guerra mundial, tenemos que parar esto» señala Natalia Zhezhnyasvska

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Natalia Zhezhnyavska, es la secretaria de la Asociación de Ucranianos de Torrevieja, que tiene en la ciudad su comunidad censada más importante en la provincia, con más de 3.000 vecinos. «Nos sentimos impotentes porque no podemos ayudar desde aquí y no sabemos qué va a pasar. Es terrible. Y los políticos europeos deberían apoyar para que Ucrania no se quede sola, porque hoy es Ucrania y mañana será Europa y España no está tan lejos… Este tipo de personas no se para, va a querer más. Hay que unirse, si no queremos una guerra mundial, tenemos que parar esto». Como en tantos otros compatriotas, las palabras de Natalia expresan una gran preocupación por las familias, por la gente cercana: «Sufrimos porque ahí están nuestras familias y nuestros amigos. Me han llamado muchos rusos diciendo que sienten una vergüenza tremenda por ser ruso. Siempre hemos sido pueblos hermanos y hemos compartido historia. Esto mata esos lazos». Desde la distancia viven el conflicto permanentemente conectados, a los informativos y al móvil, pendientes de cada novedad desde la zona de conflicto.

"No hay gasolina, ni alimentos en las tiendas, la gente está bloqueada. Los bancos y los cajeros han cerrado. El país se ha colapsado de un día para otro", señala Irina, ucraniana trabajadora un supermercado de Torrevieja con un 80% de clientes rusos

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Anatoli, que con su compañero del mismo nombre y Alexander, se dedican a las mudanzas en Torrevieja ayer coincidían en un trabajo en el mismo edificio de la Asociación de Ucranianos de Torrevieja. Son rusos, pero no se cortaron : «Es un problema entre dos presidentes. No de los países. Y más de Putin, que es autoritario y no parece que esté bien de la cabeza», señalaba el más veterano.

Irina, que trabaja en un supermercado 24 horas en pleno corazón del casco urbano de Torrevieja, lo tiene claro también: «no he visto problemas entre las comunidades ucraniana y rusa». «Somos ucranianos y el 80% de nuestros clientes son rusos», resume, «mi compañera de trabajo es rusa». «Otra cosa es internet, donde todo el mundo está discutiendo», aclara. «Tanto rusos como ucranianos están muy tristes. Este es el problema de una persona que tiene mucho poder y que se cree inmortal», matiza Irina que además advierte: «Creo que esto no va a ser cosa de días. Sentimos un dolor y una impotencia total. A las seis de la mañana hemos recibido la primera llamada de que estaban bombardeando. Casi ya no hay conexión. No hay gasolina, ni alimentos en las tiendas, la gente está bloqueada. Los bancos y los cajeros han cerrado. El país se ha colapsado de un día para otro».

La secretaria de la Asociación Ucraniana de Torrevieja, Natalia Zhezhnyasvska en la sede del colectivo TONY SEVILLA

El sentimiento es similar entre unos y otros. Angela, una vecina de Alicante, afirma que «ya lo veíamos venir», pero «miedo» y «preocupación» son las palabras que más se escuchan cuando hablan sobre el tema. «No hay ucraniano que no llore» en estas últimas horas, cuando las bombas se dejan notar en varias ciudades. «Hay quien intenta huir, pero seguir las instrucciones del gobierno y permanecer en casa parece ser la opción más factible». Angela y su familia saben bien de lo que hablan. Son naturales de Donesk, de donde también tuvieron que huir hace años para asentarse en otras ciudades más alejadas, en este caso cerca de la frontera con Polonia. Ahora, de poco les ha servido, explica, a pesar de que el objetivo principal son las bases militares, éstas «no están lejos de las viviendas». Su propio hermano ha preferido no quedarse de manos cruzadas y ha acudido al frente para combatir a los rusos.

"Es un problema entre dos presidentes. No de los países. Y más de Putin, que es autoritario y no parece que esté bien de la cabeza», señala Anatoli, trabajador ruso de una empresa de mudanzas en Torrevieja

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Ahora, los residentes que viven en paz en tierras alicantinas intentan traer hasta aquí a sus familias. No es fácil. A la reducción de las comunicaciones aéreas por el conflicto bélico se añaden las trabas burocráticas. Angela ya lo ha intentado, y desde aquí se ha ofrecido como traductora voluntaria en una ONG para, entre otras labores, ayudar a solicitar asilo en España a todo el que lo necesite. «No todos los rusos son iguales», matiza.

Alexander y Anatoli, dos trabajadores rusos de una empresa de mudanzas junto a la sede de la Asociación de Ucranianos de Torrevieja TONY SEVILLA

Estas palabras las hace suyas también Antonina y añade que todos «somos extranjeros, trabajadores». Igual que Angela es ucraniana y ha decidido actuar colaborando en lo que pueda. Ya plantean algún tipo de movilización junto al envío de ropa o cualquier otra ayuda.

Ambas coinciden en la percepción que tienen del presidente ruso, Vladimir Putin, mientras que una lo compara con otros dictadores, «es peor que Hitler», otra exclama, «está enfermo». Respecto a una próxima resolución del conflicto las esperanzas se disuelven. «Han tenido tiempo para negociar», lamenta Antonina.

17.665 RUSOS y 11.832 UCRANIANOS: LAS COMUNIDADES MÁS IMPORTANTES DE ESPAÑA ESTÁN EN LA PROVINCIA

La provincia acoge a 11.832 ucranianos. La tercera comunidad ucraniana más importante de España, según el Instituto Nacional de Estadística. Un dato similar es el de la comunidad rusa, que cuenta en la provincia con 17.665 rusos, la mayor de esta nacionalidad en territorio nacional. Las semejanzas entre unos y otros no se quedan solo en los datos. Se fueron estableciendo en distintos lugares de la provincia desde principios de los 90. Comparten mucho y pese a la tensión del momento, la política no interfiere, al fin y al cabo todos están lejos de sus lugares de origen. J. Segura

 

 

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