Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Caballero Cubierto por cuarta vez

Miguel Ángel Morcillo ostenta el cargo de la figura clave de la Semana Santa de Orihuela desde 2019, después de que no lo pudiera desempeñar por la lluvia y la pandemia

Miguel Ángel Morcillo posa con la chistera que llevará el sábado como Caballero Cubierto TONY SEVILLA

Si nada lo impide, Miguel Ángel Morcillo, será el protagonista de la procesión del Santo Entierro de Cristo este sábado, cuando cruce la catedral de Orihuela sin quitarse el sombrero, un privilegio que solo le está permitido al Caballero Cubierto gracias a una bula papal de 1620. Si nada lo impide, porque ha marcado un hito histórico al ser esta figura secular por tercer año consecutivo y cuarta Semana Santa.

El Ayuntamiento, que es quien designa cada año a la persona que por su nobleza, méritos y amor a Orihuela se ha hecho digno de llevar la bandera que abre el desfile procesional, lo nombró en 2019. En su caso, este albaceteño lleva ejerciendo en el Hospital Vega Baja desde hace 32 años, unos cuantos como jefe de cirugía.

En esa Semana Santa pudo dar su discurso en la recepción en la iglesia de Santo Domingo, pero una inoportuna lluvia obligó a suspender la procesión. Con todo, lo recuerda como "un día muy bonito, por el ambiente, el protocolo, la decoración".

Lo de la lluvia le puede pasar a cualquiera. Por ejemplo, le ocurrió a otro Caballero Cubierto, Paco Sáez, que para más inri era el presidente de las aguas -gerente de Hidraqua en Orihuela-. También están, explica Morcillo, los que ostentaron los cargos en los siglos XVIII y XIX, que a veces repetían, aunque no en años correlativos, por ser personas adineradas -la mayoría marqueses, condes o generales- que sufragaban la procesión.

Y luego está él, que rememora cuando el alcalde Emilio Bascuñana le comunicó su nombramiento hace tres años. Un gesto que el cirujano se tomó como "un guiño a todo el estamento sanitario". Posteriormente, llegó la pandemia. "Parecía una premonición", prosigue.

"Más de cuatro siglos de tradición marcan que mientras no cruce la catedral cubierto con la chistera repetiré no termina el cargo", manifiesta, y así ha repetido hasta ahora. En 2020, ya tenía pensado su discurso, muy centrado en la fatídica DANA, cuando el 14 de marzo se decretó el confinamiento. El tercer año "ya se sabía que tampoco iba a poder haber Semana Santa", así que no lo preparó.

Ahora, a tan solo unos días del gran acontecimiento, se siente "tranquilo y respaldado" por los miembros de la corporación local y las hermandades: "En todo este tiempo hemos formado como una pequeña familia".

A la cuarta va la vencida. Hay expectación ante un discurso que, confiesa, "ha surgido en esas madrugadas de desvelos e inquietud". Con una "estructura clara desde el principio", comenta. Será la pandemia la que ocupe buena parte de lo que será "un momento de agradecimiento y de echar en falta a los que ya no están".

Una crisis que, como en todas, "no hay más remedio que tirar para adelante y seguir", a pesar del "miedo y la angustia que generó un virus que se iba extendiendo rápidamente sin que tuviéramos tratamiento efectivo ni protección", asevera quien lo vivió en primera línea con las UCI colapsadas y las cirugías programadas suspendidas.

Con todo, "se pudieron ahorrar muchas vidas", enfatiza. Así que el sábado mostrará "orgullo de poder representar a todos los compañeros sanitarios y a los estamentos que han colaborado, como policía y protección civil, exponiendo su vida y en muchos casos acompañando en momentos de soledad a quienes lo más necesitaban. "Todos ellos representan la figura del Caballero Cubierto", indica Morcillo, a quien le gusta "todo lo que es la Semana Santa oriolana, por el rigor, la tradición y el buen hacer".

En estos tres años ha podido comprobar que "el trabajo que hay detrás de las cofradías y hermandades es tremendo, para que todo se coordine y funcione". Así, insiste, "los que aman la Semana Santa no han estado expectantes a ver lo que ocurría, sino que han seguido trabajando para engrandecer este patrimonio", pasara lo que pasara.

Sin duda, la procesión del sábado es una de su favoritas, "por el protocolo y porque todo el mundo se involucra". Además, tiene la peculiaridad de que la organiza el Ayuntamiento: "Tiene un sabor especial que la hace única en todo el mundo", agrega sin olvidar los pasos -como "La Diablesa, del siglo XVII, una figura simple pero muy mística y llena de simbología" ni a "los solemnes costaleros del Raiguero de Bonanza". Hasta el punto de que cree que "Orihuela no se entendería sin la figura del Caballero Cubierto, un honor no solamente para mí sino también para mi familia y amigos".

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats