El Diario Oficial de la Generalitat Valenciana ha publicado este lunes la resolución la Conselleria de Calidad Democrática por la que se incoa el expediente para la declaración e inscripción del campo de concentración de Albatera, en San Isidro, como Lugar de la Memoria Democrática de la Comunidad Valenciana y se somete a información pública. Así, se abre un periodo de 10 días para realizar alegaciones. Además, podrá interponerse recurso de alzada ante la Secretaría Autonómica de Cooperación y Calidad Democrática en el plazo de un mes.

El inicio de este procedimiento conlleva la aplicación "inmediata y directa del régimen de protección", reza el texto, que también indica que se suspende cautelarmente cualquier intervención que pueda "poner en peligro los valores del bien", así como las licencias municipales de parcelación, edificación o demolición y la eficacia de las que ya se hayan otorgado sobre el lugar. Todo ello se mantiene durante la tramitación del expediente, cuya resolución se deberá dictar en el plazo de nueve meses. De lo contrario, el expediente caducará, no pudiendo iniciarse un nuevo procedimiento en los siguientes tres años.

La resolución señala que el objetivo es garantizar, en respuesta a una demanda histórica, "la valoración, preservación y recuperación" de un espacio vinculado a "la maquinaria represiva del franquismo al final de la guerra y como homenaje y restitución de la dignidad de las personas allí recluidas, privadas de libertad, maltratadas, torturadas e incluso asesinadas y la de sus familiares".

De esta forma, una vez concluido el trámite, el campo de concentración de Albatera pasará a formar parte del Catálogo de Lugares e Itinerarios de la Memoria Democrática de la Comunidad Valenciana. Este catálogo incluye espacios de singular relevancia por su significación histórica, simbólica o por su repercusión en la memoria colectiva de la lucha por los derechos y libertades democráticos en el periodo que abarca desde la proclamación de la II República, el 14 de abril de 1931, hasta la entrada en vigor del Estatuto de Autonomía, el 10 de julio de 1982.

En este caso, la Generalitat considera que la represión de la dictadura franquista sobre los vencidos de la guerra civil tuvo en el campo de Albatera uno de sus máximos exponentes como lugar de detención, donde fueron represaliados mediante privación de libertad, vejaciones, torturas y asesinatos un elevado número de víctimas de diferentes municipios de la Comunidad Valenciana y de otras localidades del territorio nacional.

Además, la Conselleria ha destinado 100.000 euros, previstos en los primeros presupuestos participativos de la Generalitat, para la adquisición de dos parcelas, de unos 65.000 metros cuadrados, que se está negociando con los propietarios, con el objetivo de poner en marcha un Centro de Interpretación de la Memoria.

Su reconstrucción será posible gracias a las intervenciones arqueológicas, impulsadas por la Conselleria y el Ayuntamiento de San Isidro desde 2020, que han sacado a la luz hallazgos como la cimentación de un barracón de 60 metros de longitud por siete de ancho, latas de sardinas y botes de lentejas, además de platos, restos de vidrio, objetos de los presos, desperdicios y una fosa séptica.

El grupo de trabajo que lidera el arqueólogo e historiador Felipe Mejías ha realizado dos campañas sobre un terreno que cuenta con una superficie de 14 hectáreas, una en 2020 y otra en 2021. Además, se ha empleado una máquina para realizar sondeos dirigidos a encontrar la fosa común que todavía no ha sido hallada. El próximo 29 de agosto arrancará la tercera campaña, que se extenderá hasta mediados de octubre: "Realizaremos una prospección intensiva, sondeos y excavaciones para localizar otros barracones y seguir buscando la fosa común", ha avanzado Mejías, que también ha afirmado que "todo apunta a que están cerca".

A su vez, se ha encontrado munición que empleaba el ejército franquista, mucha de ella percutida, lo que implicaría que se dispararon fusiles dentro del campo y, por tanto, se habrían realizado fusilamientos.

El año pasado la Conselleria destinó 25.600 euros a dos proyectos relacionados con el campo de concentración de Albatera, un antiguo campo de trabajo que durante la II República alojaba a los condenados por sentencia judicial y que entre abril y noviembre de 1939 utilizó el régimen franquista como centro de clasificación de prisioneros. Hasta allí llegaron, entre otros, los que no pudieron exiliarse en el Stanbrook, uno de los últimos barcos que partió desde el puerto de Alicante con refugiados de la zona republicana al finalizar la guerra civil.

Fue entonces cuando funcionó como lugar de detención, identificación, clasificación y redistribución de prisioneros todavía sin juzgar, en el que un elevado número de personas fueron represaliadas mediante privación de libertad, vejaciones, torturas y asesinatos.

Hasta que el recinto se clausuró el 27 octubre de 1939. Se calcula durante este periodo una ocupación de 15.000 a 20.000 reclusos y un número todavía indeterminado de muertes por enfermedad o inanición, así como por actos violentos.