El Ayuntamiento de Torrevieja está tramitando una modificación de su planeamiento urbanístico que pretende autorizar la construcción de equipamientos públicos en suelo calificado para su uso como zonas verdes. En la misma modificación del PGOU se contempla además la autorización de infraestructuras de recogida de aguas pluviales en suelo también destinado a parques y jardines, siempre bajo la rasante del terreno. En esta batería de cambios de la legislación urbanística local se pretende flexibilizar el uso de estructuras fijas que se pueden instalar en las terrazas de los áticos de los edificios, ahora prácticamente prohibidas pese a que su empleo está muy generalizado. Y por último permite bajo los criterios de habitabilidad recogidos en la ley levantar viviendas y locales de uso terciario en parcelas reducidas de suelo urbano, ahora restringidas en el actual Plan General cuando las fachadas no pasan de los ocho metros .

Todo este paquete de medidas está englobado en una modificación del Plan General y ya cuenta con una resolución favorable de evaluación ambiental estratégica por parte de la junta de gobierno desde este mes de junio. Es la modificación puntual que hace la número 106 del PGOU más antiguo de España sin ser revisado y está impulsada por el alcalde Eduardo Dolón (PP), que también es concejal de Urbanismo. Y como en todos los procedimientos urbanísticos relevantes en este mandato -se modifican siete artículos del planeamiento de Torrevieja- su proceso de información pública ha pasado casi desapercibido.

Panorámica del casco urbano y urbanizaciones de Torrevieja desde la laguna rosa TONY SEVILLA

Equipamientos en parques

Estos cambios están condicionados por distintos parámetros. Por ejemplo, el que va a permitir equipamientos en zonas verdes exige una superficie mínima de diez mil metros en la que solo se podría ocupar el 5 % con dos alturas: 500 metros cuadrados. En una zona verde de 20.000 metros esa edificación podría realizarse sobre una parcela de mil metros. La iniciativa tiene la clara intención de "rascar" suelo de equipamiento municipal por la precariedad del inventario de parcelas municipales para uso de infraestructuras con las que cuenta una ciudad donde apenas queda un plan urbanístico que desarrollar -La Hoya, sobre 1,7 millones de metros cuadrados-. Por lo que las posibilidades de recibir suelos de compensación por las cargas urbanísticas se han reducido a la mínima expresión y los que se recepcionaron en su día en muchos casos han sido objeto de permuta por otras propiedades.

Obras de pluviales en zonas verdes

Otra de las modificaciones pretende darle amparo legal a las obras previstas en el plan director de pluviales para evitar las inundaciones y que en un porcentaje importante se ubicarían sobre suelos de zona verde -algunos de ellos sin ejecutar-. En especial los sistemas de drenaje sostenible y las estructuras de laminación en zonas inundables. También con requisitos ambientales y siempre conservando la fisonomía de zona verde y el uso público.

Áticos, cerramientos y vuelos

En tercer lugar, el procedimiento quiere amparar un práctica muy común para los propietarios de áticos en edificios que es la de llevar a cabo cerramientos e instalaciones fijas para protegerse del viento y el sol y que ahora puede ser denunciada porque no está amparada en el actual PGOU. Si bien este cambio en ningún caso ampara ampliaciones de áticos de obra.

Litoral de medio acantilado del norte de Torrevieja TONY SEVILLA

Parcelas mínimas

Respecto a la liberalización de la construcción en parcelas reducidas el cambio quiere evitar situaciones que se han dado en las últimas décadas en las que propietarios de suelo han tenido que ponerse de acuerdo entre sí para contar con la fachada mínima para edificar solares a la hora de poner a la venta o promover edificios de viviendas. Ese límite de fachada mínima se va a reducir y si el suelo no es capaz de cumplir la normativa de habitabilidad y accesibilidad para una vivienda sí podrá albergar una actividad terciaria -comercial o de hostelería, entre otras-.

Cuatro modificaciones del planeamiento en marcha

Torrevieja tiene en marcha al menos cuatro modificaciones puntuales del Plan General. Junto a la compra millonaria de patrimonio forma parte del tipo de gestiones municipales que pese a su complejidad está cubriendo etapas con bastante agilidad -casi al mismo ritmo que pasan desapercibidas pese a su entidad e impacto urbanístico-. Entre otras la que modifica los parámetros de edificabilidad dentro del recinto portuario -entrando de lleno en la competencia de la Generalitat Valenciana y Costas-.

Otra modificación busca clasificar como zona verde el suelo en el que ahora funciona la terminal privada de autobuses, para amparar la compra de ese patrimonio para el municipio y al tiempo acelerar la construcción de una estación municipal a las afueras de Torrevieja -que también necesita comprar terrenos-. También se ha puesto marcha un procedimiento de modificación puntual para resolver los problemas urbanísticos de la travesía de la calle Maldonado en el centro de Torrevieja y una parcela residencial en Mar Azul. De todos estos procedimientos apenas ha informado el alcalde y responsable del área de Urbanismo, Eduardo Dolón (PP).  Además de esta actividad de modificaciones puntuales el área de Urbanismo ha acelerado la tramitación de dos proyectos de construcción de rascacielos -Baraka y Metrovacesa- y tiene en cartera otros dos -Los Náufragos y Cala del Palangre-.

LA ADJUDICACIÓN DE LA REVISIÓN DEL PLAN GENERAL SIGUE EN UN CAJÓN

La revisión de un Plan General siempre es un proceso complejo que puede prolongarse durante décadas e incluso no llegar a buen fin. Pero en Torrevieja, la ciudad con una de las mayores plantas de vivienda secundaria de España, ha rizado el rizo y el trámite, iniciado a principios de 2019, está atascado en la propia adjudicación de la elaboración de esa revisión. Se presentaron siete plicas para hacerse con la redacción licitada por casi medio millón de euros. Pero la valoración de las plicas de los técnicos no fue aceptada por la mesa de contratación. Fue la interventora, que forma parte de la mesa de contratación, la que consideró que la valoración de plicas se había realizado de forma incorrecta. Esta redacción del Plan General fue considerada prioritaria por el anterior equipo de gobierno. El actual planeamiento urbanístico data de 1987, arrastra 109 modificaciones puntuales, y es el más antiguo de España para una ciudad de más de 75.000 habitantes que vive del turismo residencial. Mientras tanto el Ayuntamiento tramita las modificaciones a golpe de modificación puntual.