El Consell ha hecho efectiva la compra del Palacio del Marqués de Rafal en Orihuela, que se convierte así en una nueva sede de Presidencia de la Generalitat, la cuarta en la Comunidad. Hasta ahora solo se encontraban en las tres capitales de provincia, por lo que ahora se reconoce a Orihuela como sede histórica y capital de la Gobernación. La puerta principal ya luce un cartel con el logo de la Generalitat, mientras que de su balcón cuelgan las banderas valenciana, española y europea que le dan el carácter de edificio público. Según fuentes consultadas, las instalaciones «se están limpiando y saneando», ante «el traslado inmediato» de la oficina del Plan Vega Renhace, el proyecto estrella del Consell para acercarse al sur, en una comarca con un sentimiento de abandono histórico.

El Palacio del Marqués de Rafal ya es un edificio público

A falta de la firma en la notaría, está previsto que el presidente Ximo Puig anuncie la operación de forma oficial este jueves, en una visita a la ciudad. Aún no ha trascendido la cuantía total, aunque en mayo el Consell autorizó una modificación presupuestaria para incrementar esa partida en 2,4 millones de euros, procedentes del Plan Vega Renhace, que dispone de 16 millones para financiar actuaciones destinadas al fortalecimiento y la resiliencia de la comarca.

Puig adquirió este compromiso en diciembre pasado cuando anunció la adquisición de este edificio emblemático del siglo XVIII, para que «sea del pueblo y para el pueblo». Ya entonces se dijo que albergaría espacios polivalentes y la oficina Vega Renhace, que desde que se abrió -hace un año y medio- se encuentra en el PROP. También se pretende instalar un centro europeo de investigación de extremos del agua, para que sea un lugar temático y de referencia mundial.

La compra incluye su archivo, que cuenta con 89 registros notariales y más de 9.000 documentos de un marquesado que tenía en propiedad municipios como Benferri o Granja de Rocamora, incluyendo particiones en Rafal, Dolores y otros territorios de la comarca. Manuscritos únicos que ya se encuentran en el archivo histórico de Orihuela. Unos 30 metros lineales de documentación que, tras un inventario, están a la espera de catalogarse para contribuir a la investigación histórica de la Vega Baja. Todo ello con el objetivo de que la historia no se desmembrara, un empeño que arrancó en enero de 2020 por parte de Javier Sánchez Portas, historiador y exdirector de la Biblioteca Pública Fernando de Loazes.