Manuel Pagola, guipuzcuano con casa en la urbanización San Luis de Torrevieja desde los años ochenta, lleva más de una década reclamando al Ayuntamiento que se ocupe de la limpieza de la parcela que separa su vivienda de la avenida Andradas del propio vial, integrada a simple vista como un espacio público más. No lo ha conseguido, pese a las tres resoluciones del Síndic de Greuges que ha habido de por medio, además de innumerables peticiones registradas en la administración local. Pagola observa semanalmente una escena de lo más curiosa: un equipo completo del servicio de aseo urbano municipal se despliega para realizar la limpieza de la avenida Andradas, en muchas ocasiones dotados con maquinaria para eliminar hierbas de la vía pública. Pero siempre se quedan a unos centímetros de la parcela abierta situada entre la acera y su casa y siempre pasan de largo.

Manuel Pagola, a la derecha, en la vivienda y a la izquierda el terreno junto a la avenida del que nadie se hace cargo, en una situación que sufren cientos de viviendas de la zona

A finales de junio de este año, el Síndic de Greuges, cansado de esperar también una respuesta del Ayuntamiento de Torrevieja tras -hasta el momento- la última queja de Pagola, ha cerrado un nuevo expediente recordando a la administración local que es responsable de velar porque los propietarios de las edificaciones y solares los mantengan en "un adecuado estado de conservación y ornato, evitando que causen molestias y riesgos, de cualquier naturaleza, a los propietarios colindantes y a los vecinos de la localidad".

Pagola guarda en una carpeta reclamaciones al Ayuntamiento que se remontan a 2011, selladas en el registro municipal, donde muestra su desesperación por la acumulación de vegetación, excrementos de animales y maleza en ese espacio del que nadie se hace responsable.

Los operarios de limpieza actuando exclusivamente en la avenida Andradas

Es un problema que afecta a docenas de residentes en varios sectores de esta macrourbanización -en especial lo más antiguos- .No se trata de una parcela vallada o cerrada a la vía pública. Es un terreno más de los que suman miles y miles de metros cuadrados en las urbanizaciones construidas en los años setenta y ochenta. Zonas como San Luis o Las Torretas, con una distribución de lo más singular cuando no anárquica, en la que los terrenos adyacentes, incluidos zonas de aparcamientos, viales interiores y parques abiertos a cualquier ciudadano, no fueron recepcionados por el Ayuntamiento cuando se disolvieron las entidades urbanísticas de conservación a finales de los 90, que a duras penas gestionaron estas urbanizaciones durante años. Y por lo tanto el municipio "nunca se ha metido" a conservarlas, ni a renovar sus servicios. No tienen ni el más elemental mantenimiento. No solo en lo que respecta a limpieza viaria y recogida de basuras. Tampoco hay conservación de alumbrado, de la red de saneamiento o del pavimento. Incluso amplias zonas verdes también aparecen en este limbo legal. Un limbo muy cómodo para el municipio porque asumir estos terrenos tendría un coste anual de millones de euros. En el caso del sector de la urbanización San Luis al que hace referencia la Sindicatura hay, entre las avenidas Andradas y Deva, doce calles y dos parques, de los que nadie quiere acordarse.

En esta zonas públicas todo está manga por hombro. Algunas aparecen adecentadas a trozos, con zahorra para un bache por un lado, parterres con flores por otro o una luminaria de supermercado por el otro: lo que hacen los particulares por su cuenta. En el peor de los casos, que también los hay, los propietarios terminan ocupando el suelo de servidumbre para sus propias viviendas. En otras urbanizaciones de Torrevieja, con más acuerdo entre los vecinos y hartas de esperar soluciones, se han blindado con sus propios vallados, sin quedar clara jurídicamente su situación. Es una de las facturas más evidentes de ese urbanismo de promoción turística residencial que tomó velocidad de crucero dejando las cosas sin terminar. Aunque el Ayuntamiento pase de puntillas por el problema suponen un lastre urbanístico. Conforme transcurre el tiempo los residenciales sobre los que no hay servicios públicos se van degradando urbanística y socialmente.

Zonas públicas ubicadas entre los residenciales y que tampoco tienen mantenimiento

Sin embargo, el Síndic recuerda al municipio que aparece como una obligación en la ley Reguladora de las Bases del Régimen Local, y una competencia propia de los municipios "la protección del medio ambiente urbano y la salubridad pública", al margen de quién sea el propietario de los solares. Y de que en caso de no averiguar la propiedad debería asumir su limpieza e intentar cargar el coste con carácter subsidiario. También ha pedido que en el marco "de las competencias inspectoras que tiene atribuidas, con rapidez y determinación todas las medidas que sean necesarias para dilucidar la realidad del inadecuado estado de conservación de la parcela de referencia, que viene siendo denunciado por el interesado". Es lo que dice la resolución, con la advertencia del síndic Ángel Luna, de que poco puede matizar a la postura del vecino si el Ayuntamiento no responde con algo de información o su propio argumentario.

Una de las calles sin mantenimiento de la calzada, iluminación o limpieza en uno de los sectores de San Luis

Sin respuesta

Por otra parte, como es habitual para algunas de las quejas que tramita el Síndic en Torrevieja que el Defensor del Pueblo Valenciano recuerde que el municipio tiene el deber legal de responderle en el plazo legalmente establecido. Porque la última queja se puso en enero de este año.

La Sindicatura reclamó una respuesta al Ayuntamiento en febrero y la cerró en junio sin haberla recibido. Ahora le ha dado otro mes para responder si no quiere, de nuevo, aparecer en la memoria anual de la institución por "pasar" de las reclamaciones de información, algo que para otros procedimientos ha tenido consecuencias más allá de las administrativas.

El único trámite que ha realizado el Ayuntamiento, solo después de recibir la notificación del final del expediente en julio, es solicitar al vecino que ubique la parcela de la que está hablando. A buenas horas, debe pensar el vecino, porque la ubicación y la situación de esta parcela "de nadie" es lo que lleva Manuel Pagola advirtiéndole al Ayuntamiento a través de innumerables instancias desde hace varios años.