El tanatorio de Torrevieja ha solicitado autorización a la Generalitat para poner en marcha un servicio de horno crematorio en sus instalaciones. Actividad para la que la administración autonómica ha dado el visto bueno aunque condicionada a que el servicio solo lleve a cabo la incineración de tres cadáveres diarios en días del calendario lectivo local -y sin limitaciones el resto de jornadas-, lo que supone más de un millar de incineraciones anuales. Un límite impuesto por el hecho de que aunque el horno se ubicaría en un edificio que está emplazado sobre suelo industrial se encuentra a escasos metros del Colegio Público de Infantil y Primaria Habaneras, a menos de 90 metros del edificio del tanatorio, y en la misma avenida de Delfina Viudes.

La limitación sin embargo queda bastante por encima de la cifra que manejaba en su petición inicial de 800 incineraciones de cadáveres anuales. El horno alimentado con propano contará con una chimenea de 8,80 metros de altura desde el suelo y 0,25 metros de diámetro interior y un filtro de depuración de gases. Es el propio informe de la dirección general de Salud Pública, firmado por su coordinadora Raquel María Mateu Rodrigo, el que señala que las instalaciones en las que se desarrolla actividad de incineración de cadáveres humanos deben ubicarse preferentemente en suelo de uso industrial -como sí es el caso-, siendo «recomendable» que estén a una distancia mínima de 500 metros de suelo calificado como de uso predominante comercial, de servicios o residencial. Son actividades todas ellas que sin embargo se dan en el entorno próximo del tanatorio a menos de 200 metros a la redonda. Según la legislación, la decisión final de otorgar licencia a un horno crematorio está en manos del Ayuntamiento, previo informe favorable en materia de salud pública, con especial referencia a la sanidad ambiental, de la Conselleria de Sanidad, que es el que acaba de otorgar la Generalitat.

La autorización municipal es un acto reglado, es decir, ha de tramitar obligatoriamente la petición, aunque sí está en sus manos evaluar si cumple o no los requisitos mínimos. Ni Ayuntamiento, ni administración autonómica, han informado públicamente todavía sobre la solicitud de la funeraria, pese a que la administración local conoce la petición de la empresa porque se le ha pedido informe por parte de la Generalitat. La puesta en marcha de un horno crematorio está sujeta a una rigurosa -y compleja- legislación de control de las emisiones recogida en la ley sobre Policía Mortuoria de la Comunidad Valenciana. La emisión de gases contaminantes durante la cremación puede afectar a la salud de la población a nivel local, según recoge el propio informe de la Conselleria de Sanidad.

Elementos vulnerables

Este tanatorio, levantado en 2017, es el único de Torrevieja -90.000 habitantes-. Se puso en marcha sin servicio de crematorio y las incineraciones, práctica funeraria cada vez más demandada, suelen realizarse en una instalación de San Pedro del Pinatar (Murcia). Siempre según el informe de la administración autonómica para tener en cuenta las posibles afecciones de la actividad y los elementos «vulnerables» en el entorno del crematorio se ha tenido como referencia la información facilitada por el Ayuntamiento. Información que advierte de la presencia del Colegio Habaneras. También señala de forma secundaria pese a estar a la misma distancia, un área residencial con docenas de viviendas unifamiliares.

Además se encuentra en las inmediaciones un parque acuático, a unos cientos de metros, naves industriales, y una importante zona de ocio además de suelos comerciales. También recuerda que la parcela comprendida entre el tanatorio, la avenida de Delfina Viudes y las calles Antonio Ruiz Coves y Josefa Rebollo es una zona verde municipal sin ejecutar. El Ayuntamiento ha olvidado a su vez señalar que frente al acceso al velatorio se encuentra el centro polivalente de la Conselleria de Políticas Inclusivas, que acoge de forma permanente un punto de encuentro familiar, de forma provisional a parte de los residentes del Centro Ocupacional Oriol y en un futuro está previsto que se convierta en residencia para personas con diversidad funcional y centro de menores tutelados con 80 plazas.

El polígono industrial, además de estar casi integrado en la trama urbana residencial, cuenta con numerosas actividades terciarias, parques de juegos infantiles, restaurantes y zonas de ocio nocturno.