La promotora Metrovacesa ha incorporado en su estudio de detalle para construir tres torres -dos de 29 alturas residenciales y una de 25 plantas hotelera- un proyecto de acondicionamiento y puesta en valor como zona verde de 2.334 metros cuadrados en paralelo al canal del Acequión, con 13 metros de ancho y más de 160 de largo. La actuación asume la alegación presentada por el vicepresidente de Amigos de los Humedales del Sur de Alicante, Miguel Ángel Pavón -y el informe de deficiencias de un arquitecto municipal-, presentados durante el proceso de evaluación ambiental estratégica, en la que se advertía tanto del valor patrimonial del canal, como en el hecho de que el canal figure en el Plan de Infraestructuras Verdes del Litoral de la Comunidad Valenciana (Pativel) como un corredor verde protegido entre la bahía de Torrevieja y la laguna salinera. Esas alegaciones del colectivo ecologista pedían que la evaluación ambiental fuera denegada y el proyecto descartado por completo, sin lograrlo.
La actuación de Metrovacesa, que figura ahora en la exposición pública del estudio de detalle que debe aprobar el pleno, indica que el Acequión es «un elemento de importancia territorial que necesita un tratamiento adecuado y por lo tanto un proyecto específico para su puesta en valor». Sin embargo, la empresa advierte en varias ocasiones que asume la intervención en función del Pativel y no de la protección patrimonial que confiere el Plan General del Ayuntamiento de Torrevieja al canal. Porque aunque aparece como un elemento protegido, esa condición se expresa de forma muy pobre en la normativa urbanística, hasta el punto de no aclarar qué se tiene que proteger y cómo.
Metrovacesa, promotora del área de reparto 80, realiza esta propuesta en coordinación con el área de reparto 81, de la torres de Doña Sinforosa de Baraka, porque comparten el mismo espacio separado por el canal y proyectan además una pasarela peatonal que rebase el canal que funcionará «como conector de ambos espacios públicos». Sobre plano esta remodelación que se vende como una puesta en valor parece más orientada en renovar el espacio urbano y su conexión con la fachada litoral en favor de la propia promoción inmobiliaria de las dos torres de Baraka y las tres de Metrovacesa que en la propia protección del canal.
El abandono del entorno del canal es tal que en los terrenos que lindan con su tramo final a la playa funcionan varias pistas de pádel de la concesión de la Generalitat a Marina Internacional, pegadas al muro de mampostería, construidos a finales del siglo XV, invadiendo el dominio público marítimo sin que la administración autonómica y Costas del Ministerio de Transición Ecológica haya actuado para ordenar su derribo.
El canal salinero y su singular puente de sillería fueron construido hace cinco siglos. Es la obra civil en uso más antigua de la provincia para incorporar agua a la laguna salinera o evacuarla. El Ayuntamiento carece de competencias sobre el canal: sí las tienen, pero no actúan, Costas del Ministerio para la Transición Ecológica, porque es dominio público, Patrimonio del Estado del Ministerio de Hacienda, propietaria de la instalación salinera y de la propia compañía salinera, que lo utiliza por concesión. El Ayuntamiento incluyó en 2021 dentro de los remanentes de tesorería una partida de cien mil euros para adjudicar un proyecto que estudie las posibles actuaciones de conservación del canal que no se ha licitado.
