La factura energética de la planta desalinizadora de Torrevieja superará los 60 millones de euros en 2023 si la infraestructura vuelve a producir a su máximo de rendimiento anual de ochenta hectómetros cúbicos. Acuamed, sociedad estatal que gestiona la mayor parte de las infraestructuras de desalinización de la cuenca mediterránea, ha licitado un contrato de suministro de energía eléctrica para el año 2023 valorado en 256.577. 903 euros (impuestos incluidos) para dotar todos sus puntos de demanda. Según las estimaciones de los técnicos de Acuamed un 26% de ese consumo energético corresponde a la demanda prevista para abastecer a la planta desalinizadora de Torrevieja.

Es esta la planta más importante entre las siete incluidas en este contrato -como Águilas, Valdelentisco o los bombeos de las conducciones del trasvase Júcar- Vinalopó-, gestionada por esta empresa pública dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) y continúa siendo la más grande de Europa. Está previsto que consuma 290.720.000 kWh durante el periodo del contrato sobre una estimación para la totalidad de las instalaciones de 1.118.336.870 kWh.

Un alto consumo de energía que se traduce en un elevado coste pese a que en un contrato de esta envergadura la administración propone al suministrador unos precios de unitarios por megavatio hora relativamente bajos en comparación a los alcanzados a principios de este año: en torno a 190 euros el megavatio hora, sin IVA. Aunque también estarán sujetos a coeficientes, variables y tipos de tarifa en función de la potencia a la que se abastece a cada una de las desalinizadoras y al precio al que se obtenga la energía en cada momento. Por lo que la cifra estimada de gasto en suministro de energía puede modificarse -previsiblemente al alza en función del escenario internacional- durante el periodo del contrato.

La desalinizadora se concibió en 2004 para aportar a partes iguales caudales de consumo urbano y regadío. Comenzó a operar en pruebas en 2013. Primero con una producción de 40 hectómetros y desde 2018 hasta 80 gracias a un nuevo tendido de alta tensión construido para su suministro. Pero la mayor parte de los caudales se ha destinado a la agricultura intensiva del Campo de Cartagena.

Producir un metro cúbico de agua desalinizada todavía tiene un coste aproximado de entre 0,60 euros y un euro el metro cúbico. La del trasvase del Tajo se dota por 0,20. Si los empresarios agrícolas logran que se subvencione obtienen el recurso desalinizado aproximadamente a 0,36. El sobrecoste entre lo que paga el sector agrícola y el real lo paga el presupuesto del Estado.

Las críticas al elevado precio del agua desalinizada no han impedido que la mayor parte de las comunidades de regantes de la cuenca del Segura -en total 69 - hayan reclamado concesiones de la planta de Torrevieja que suman 250 hectómetros al año -más del doble de lo que producirá cuando esté ampliada-.

De ellos, más de ochenta van al Campo de Cartagena que rodea al Mar Menor. Este proceso de concesión administrativa lleva paralizado desde mediados de 2020. Ahora el agua es asignada a los regantes a demanda y por criterio técnico de la CHS. En caso de escasez extrema la prioridad es derivar estos recursos al consumo humano. La desalinizadora solo ha distribuido caudales a la Mancomunidad de Canales del Taibilla en la sequía de 2017.


MACROPLANTA SOLAR, AMPLIACIÓN A LOS 120 HECTÓMETROS Y UNA RED PARA QUE EL AGUA LLEGUE AL INTERIOR DE MURCIA Y ELCHE

La administración estatal está embarcada en tres grandes proyectos para intentar rentabilizar el elevado coste energético que supone la explotación de la desalinizadora de Torrevieja. Por una parte está licitando el proyecto de ampliación de la planta para que pueda alcanzar su máximo de capacidad de producción de agua desalinizada y pasar de los 80 hectómetros cúbicos actuales a 120. Esa ampliación, que reduciría el coste de producción del metro cúbico, está presupuestada en 48 millones de euros.

Por otra parte, Acuamed acaba de licitar, como avanzó INFORMACIÓN, la redacción de un proyecto para la construcción de una planta solar fotovoltaica que rebaje la factura energética a la desalinizadora y permita alimentar la infraestructura con una fuente de energía renovable. Ocuparía 120 hectáreas con una potencia nominal instalada de 60 Mw y rebajaría el coste energético de la desalinización para el riego agrícola. La idea es emplear la lámina de agua de los canales del postrasvase y, en especial, las orillas no inundables del pantano de La Pedrera -que es Paisaje Protegido y humedal catalogado-, como suelo para la instalación de las placas. La fotovoltaica cuesta 150 millones. Solo la redacción del proyecto se ha licitado por casi el millón de euros. 

El agua desalinizada de Torrevieja tiene dos puntos de entrega de agua principales. El embalse de La Pedrera, el principal reservorio de agua dulce de la provincia y el canal del postrasvase del Campo de Cartagena. La conexión de los caudales de la planta con la Mancomunidad de Canales del Taibilla está garantizada para toda la provincia pero no los de riego. La mayor parte del agua se destina al Campo de Cartagena, y en torno a unas 10.000 hectáreas de comunidades de riego de la margen derecha del Segura en la Vega Baja. La Confederación Hidrográfica impulsa un macroproyecto valorado en más de 250 millones que permita elevar el agua desalinizada del mar producida en Torrevieja con el objetivo de que amplias zonas del interior la Región de Murcia, como Cieza, puedan contar con estos recursos. A su vez llegaría, desde uno de los ramales del postrasvase en Ojós (Murcia) a La Murada, Benferri, Albatera y al campo de Crevillent y a Elche a través de Riegos de Levante Margen Izquierda, comunidades que ahora solo acceden a este agua a base de permutas: si necesitan estos caudales pagan agua del Tajo o de la propia cuenca del Segura a precio desalinizada -siempre que haya disponibilidad-.

Este último proyecto no solo tiene un coste económico muy elevado, también ambiental. Para elevar el agua desde la cota cero de Torrevieja e intentar que llegue a la Región de Murcia por gravedad, se prevé realizar un bombeo hasta dos grandes embalses situados junto a las cotas más elevadas de las sierras de Pujálvarez y el Cristo en Orihuela, ambas protegidas.