Algo ha llovido desde entonces: unos años casi nada, otros ahogándonos, dejando el agua ruina y desolación. Sin embargo, los oriolanos iban, poco a poco, intentando levantar cabeza después de ocho meses de haberse dado por concluida la guerra fratricida, con personas encarceladas y exiliadas y luchando por estabilizar la vida cotidiana. Desde el 5 de abril de 1939 presidía la Corporación Municipal Baldomero Giménez Giménez que sería relevado en el cargo por Mariano Belda Garriga, el 10 de septiembre del año siguiente.

La mayor parte de actividades tenían como escenario el Salón de conferencias de la Caja de Ahorros y Socorros y Monte de Piedad de Nuestra Señora de Monserrate y el Casino Orcelitano, cuya presidencia la ostentaba Andrés Germán Pescetto. Así, en el primero de ellos, en el mes de mayo se llevó a cabo una velada literario-musical por la Congregación de los Luises, en memoria del que había sido su director, el jesuita Andrés Carrió. En este acto intervinieron en la parte literaria los congregantes Dentell, C. López y José Mª Penalva, y en la musical, M. Cánovas, Jaime Cases, R. Genovés, cerrando el acto el obispo Javier Irastorza y Loinaz. En ese mismo mes, el día 7 concluía un ciclo de tres conferencias que fueron dictadas por el jesuita Vicente Muedra, sobre Louis Pasteur, su personalidad científica y católica.

El 3 de mayo organizado por el Casino, se celebró una recepción como homenaje al Ejército, a la que asistieron el gobernador militar de Alicante, un representante del gobernador civil, el presidente de la Diputación Provincial y el delegado de Hacienda. Tras unas palabras del presidente de la Entidad intervino el citado gobernador militar. Por la tarde las autoridades visitaron la ciudad y la Granja Experimental de la Confederación del Segura, concluyendo con un baile de gala en dicho Casino.

El 26 de diciembre se clausuraba en dicho centro una exposición de pintura, dibujo, fotografía y mobiliario antiguo, para la que el Excmo. Ayuntamiento acordó otorgar un premio de 500 pesetas. El fallo del Jurado que se dio a conocer en dicho acto decidió otorgar el Premio de la Exposición, con una copa de la Jefatura de F.E.T. y de las J.O.N.S. de Orihuela y 500 pesetas al fotógrafo Alfonso Sánchez, por sus obras «La Casa del Paso» y «Torre de Santo Domingo».

En pintura profesional, con diploma del Casino y copa de la «Gaceta de Alicante» a José María Almela Costa por su obra «El palmeral». Éste fue catedrático del Instituto de Enseñanza Media de Orihuela ubicado en el Colegio Santo Domingo durante la Segunda República y es autor de un retrato de Ramón Sijé. El segundo y el tercer premio lo lograron Enrique Luis y Francisco Díe, respectivamente.

El primero de ellos, es autor del blasón episcopal del obispo Luis Almarcha Hernández, del dibujo de la cabecera del periódico «La Huerta», de las orlas de los números extraordinarios de «El Pueblo» dedicados a Ntra. Sra. de Monserrate y a Nuestro Padre Jesús, autor del boceto de la imagen de Pilato de la Cofradía Ecce-Homo y dorador de la urna del Cristo Yacente (1942). El segundo, fue colaborador de Ramón Sijé, siendo de su creación el dibujo del «Gallo Crisis» y las viñetas que lo ilustran. Por otro lado, en pintura para aficionados fue premiado con un regalo de la Federación de Sindicatos Agrícolas de Orihuela el tenor Ignacio Genovés, director de grupos artísticos y autor junto con su esposa Dolores Montero del bordado del estandarte histórico de la Cofradía Ecce-Homo diseñado por Luis Boné Rogel.

Y con él, se distinguió Francisco Sanz con un obsequio de Mariano Belda Garriga. Sanz fue profesor de Gimnasia y director del citado Instituto de Enseñanza Media de Orihuela. En dibujo profesional fueron premiados Francisco Díe, y Fernando Fenoll, profesor de dibujo, autor de la portada «Revista Semana Santa 1950» y de las ilustraciones del «Programa» de la Feria de 1949. En dibujo aficionados lograron premios Josefina Linart, Carmen Rodríguez y J. Molina.

Con respecto a fotografía profesional, el Jurado otorgó los premios a Eliseo Mateo, José Hodar y Matrán, y en aficionados a Josefina Martínez, Esteban Montero, que dejó constancia con su trabajo fotográfico en los ejemplares de los extraordinarios de «El Pueblo», Fernando Quintana y Antonio Ballester al que se deben imágenes de los años cuarenta y cincuenta, recordando aquellas de la riada de 1946 y de la Semana Santa de los primeros años tras la Guerra Civil.

Con tantos años transcurridos desde aquel lejano 1940, aún quedan muchas notas para recordar sobre cómo se vivía en la Orihuela de entonces otros aspectos como las fiestas, el deporte, la Semana Santa, los visitantes... Pero, de ello trataremos en la próxima «Riá».